Una religión llamada ‘crossfit’
Deporte de origen militar, hoy es una disciplina que miles de personas adoptan como un estilo de vida
Cuerdas de subida, barras de hierro colgando de los techos, balones medicinales y hasta llantas de tractor son algunos de los implementos que decoran las salas de entrenamiento de crossfit, conocidas como box. Todo amenizado por el ritmo de canciones de rock, hip hop o hasta trap, que se entremezclan con los retumbos de las barras de pesas que caen al suelo y los gritos de esfuerzo de los participantes de la clase.
El Cataluña el número de box ha incrementado entre 2017 y 2019 un 25%
Mariana Garrido, una ingeniera de 24 años, lleva rodilleras y una cinta que le protege las manos, accesorios típicos de los practicantes de crossfit. “Vivo aquí”, dice entre risas Garrido. “Entreno seis días a la semana, siempre busco acomodarlo con mi trabajo”. Hace un año y medio, recién llegada a Barcelona desde Málaga, un amigo suyo la invitó a uno de los entrenamientos y ahí comenzó su pasión: “Los compañeros te enganchan, quedamos para venir aquí, tomarnos un café y luego entrenar”.
Las tarifas para practicar la disciplina oscilan de los 75 a los 125 euros al mes
Como Garrido, Borja Santana encontró su pasión en el crossfit. Practicó fútbol desde los seis años y luego se convirtió en entrenador de un equipo infantil y ahora es entrenador de esta disciplina. “Encontré una pasión que no me daban los otros deportes”, cuenta Santana. Para él la grandeza del crossfit es que se convierte en un estilo de vida: “Aquí te esfuerzas al máximo y eso hace que muchas personas dejen malos hábitos, como puede ser fumar”.
El crossfit es una disciplina desarrollada por el estadounidense Greg Glassman en 1995 para poner en forma a policías y bomberos californianos, y más tarde a militares. Su principal característica es la variedad en cada uno de los entrenamientos con movimientos funcionales, levantamiento de pesas y ejercicios cardiovasculares. La preparación de crossfit está tutelada por el coach (entrenador), para que cada ejercicio se haga de manera correcta sin incurrir en movimientos bruscos y posibles lesiones, que para los crossfiteros tiene un cierto aire de gurú afectivo. En el crossfit, el sentimiento de comunidad es fundamental.
Alberto Cusí, entrenador en Reebok CrossFit BCN, afirma: “Siempre tienes un reto que conseguir lo que te permite ir subiendo de nivel”. Además Cusí destaca que “no es solo el hecho de que practican el deporte, es que son parte de una comunidad”. Las sesiones tienen una duración aproximada de una hora y el peso del entrenamiento lo lleva el WOD (work of the day, entrenamiento del día) que generalmente tiene una duración de 45 minutos, tiempo que se destina a intercalar de manera enérgica diferentes pruebas de calentamiento, fuerza, técnica y potencia. Cusí explica: “Es la clase madre del crossfit”. Además del WOD, en los box se suelen ofrecer otras clases para mejorar la técnica tanto de halterofilia como de gimnasia deportiva y trabajo metabólico.
Competiciones en Cataluña y en el mundo
A inicios de agosto se llevaron a cabo los CrossFit Games, donde compiten los atletas de máximo nivel de la disciplina en el ámbito mundial. La 13ª edición se celebró en el Alliant Energy Center en Wisconsin, Estados Unidos. Participaron unos 280 atletas de 100 países. España estuvo representada por dos: Alexander Anasagasti y Sara Alicia Fernández.
En Cataluña algunos de los fanáticos del crossfit han aprovechado su auge para crear diferentes sistemas de competición no oficiales, como la Fitness Challenge League, que celebrará en octubre su quinta edición. "Entendimos que más que una disciplina es una manera de entrenar. Más que una competencia ofrecemos una experiencia", explica David Moure, uno de los organizadores. En la primera edición participaron 150 atletas. Dentro de dos meses se espera que sean 600 los participantes.
En Cataluña el número de salas de crossfit ha incrementado un 25% entre 2017 y 2019. CrossFit SJD fue el tercer box en abrir en Cataluña. Su encargado, Gerard Carrascal, afirma que ha habido un crecimiento importante durante los seis años que tiene en la industria: “Te das cuenta por la cantidad de box que hay y el número de personas que se inscriben”. Igualmente coincide Cristina Manteiga, entrenadora y dueña de CrossFit Girona: “Hasta hace un tiempo había solo un box y ahora hay tres, cada uno con unos 200 afiliados”. Manteiga atribuye su crecimiento a la voluntad de las personas de mejorar su salud. No obstante, destaca que el sentido de pertenencia es lo que los hace continuar: “Cuando te metes en esto acabas haciendo una pequeña familia”, y agrega: “Te ayuda a superar tus retos e ir mejorando”. Las tarifas de un box varían según la cantidad de sesiones a las que se quiera asistir por semana y pueden ir de los 75 a los 125 euros. Manteiga motiva a las personas interesadas en la disciplina: “Que busquen una clase de prueba y así pueden experimentar desde dentro lo que es el crossfit”. “Lo que realmente te engancha de esto es que cada día cambias como persona tanto mental como físicamente”, establece Garrido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.