El Siglo de Oro toma la Cuesta de Moyano

La crueldad social o juzgar por las simples apariencias no son actitudes contemporáneas, ya sucedía hace más de cuatro siglos y lo contaba El Lazarillo de Tormes (anónimo, 1554) o El Buscón (Francisco de Quevedo, 1626). Estas historias, aunque clásicas, siguen hoy vigentes. “Los textos no cambian, cambian las personas y, por lo que al mundo respecta, ni siquiera muchas de nuestras actitudes se pueden diferenciar de lo que sucedía en los siglos XVI y XVII”, dice Rodrigo Arribas, director de Fiesta Corral Cervantes, un festival que homenajea al teatro del Siglo de Oro y celebra estos días su tercera edición en la Cuesta de Moyano (hasta el 22 de septiembre). “Estas obras clásicas pueden apelar perfectamente a las mentes del siglo XXI”, añade.

Este ciclo teatral regresa a la capital con más de 17 espectáculos diferentes de compañías nacionales e internacionales, y más de 120 funciones programadas que tendrán lugar en el Teatro Corral Cervantes, una construcción efímera que este año se transforma en una réplica del Corral de Comedias de Almagro. “El teatro clásico es un teatro patrimonial como son las pinturas del Barroco o la literatura de finales del XIX”, recuerda Arribas, director también de la Fundación Siglo de Oro, organizadora del festival. Y continúa: “Existe una forma perversa de contemporaneidad que nos ha hecho olvidar de alguna forma nuestro origen teatral, pero sin estos textos, nada de lo que se escribe ahora tendría sentido”.

Así, el público interesado podrá disfrutar de obras clásicas como El perro del hortelano de Lope de Vega con Hilanderas Producciones, El amor médico de Tirso de Molina en una producción de Ensamble Bufo, La dama boba de Lope de Vega con Clásicos On The Road, Las mujeres sabias de Molière interpretado por la compañía de Enric Cambra y Ricard Farré o El Lazarillo de Tormes de la mano de Albacity Corporation acompañado por una guitarra flamenca.

El éxito de las anteriores ediciones del festival, en las que se superaron los 9.000 espectadores, va camino de incrementar, según su director, que espera “romper el techo del teatro”. “Ya hemos sobrepasado esas cifras en lo que llevamos de programación, así que este año lograremos afianzar el festival gracias a ese público que reclamaba la presencia de teatro clásico en Madrid”, apunta Arribas y añade que el público no es meramente nacional. “Nos ha sorprendido el incremento de las reservas realizadas desde otros países, no solo latinoamericanos, sino también europeos o de Estados Unidos. Son obras escritas y representadas en castellano, pero su valor patrimonial lo convierten en verdaderas joyas de nuestro país, apreciadas por un público extranjero que busca conocer en profundidad nuestra cultura”.

Como novedad en esta edición, Fiesta Corral Cervantes ha contado con una extensión del 42º Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro con la participación, entre otros, de la Compañía Nacional de Teatro de México y su montaje La lengua en pedazos, de Juan Mayorga, sumándose así al homenaje que el festival manchego rinde este año a México como país invitado. También como parte de esta colaboración, Fiesta Corral Cervantes contará con los espectáculos finalistas y ganadores del Certamen Internacional Barroco Infantil del Festival de Almagro (todos los domingos de agosto a las 18.00 horas) y del ciclo Almagro Off (también los domingos a las 20.00 horas).

Además, se ha querido incorporar una nueva fórmula que combina danza, música y gastronomía. “La idea es acercar el teatro de Siglo de Oro a través también de otras formas artísticas y ambientar la Cuesta de Moyano de una manera diferente”, explica Arribas. Las noches de los jueves, viernes y sábados estarán ambientadas por el ciclo Músicas de Oro en el Corral y el espectáculo de danza Cervantes Baila, en el que la compañía Bronce Danza une la palabra y el ingenio de Cervantes con el flamenco.

El Teatro Corral Cervantes acoge también las propuestas de distintas formaciones teatrales que trabajan en el barrio de Retiro (todos los viernes y sábados por la mañana). Y para afianzarse como un lugar de ocio veraniego, el retablo móvil ofrece espacios de restauración, zona infantil y propuestas de artesanos inspiradas en el Siglo de Oro.