_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La importancia de los colegios profesionales

Estas profesiones han trabajado conjuntamente para defender los intereses propios y de la sociedad frente a los abusos de los poderes públicos

El Colegio de Abogados de Barcelona.
El Colegio de Abogados de Barcelona.CAB

Históricamente han existido profesiones cuyo ejercicio ha tenido una proyección social innegable, relacionadas con valores superiores como la salud, la integridad o la justicia, que deben primar y protegerse frente a connotaciones más económicas y especulativas. Desde sus orígenes gremiales, estas profesiones han trabajado conjuntamente para defender los intereses propios y de la sociedad frente a los abusos de los poderes públicos, tanto en sus formas absolutistas como liberales, habiendo luchado y ganado fuerza de manera progresiva con el paso de los años y jugando un papel importante en la configuración moderna del Estado Social y Democrático de Derecho.

Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX que los gremios empezaron a organizarse como colegios profesionales, constituyendo en la actualidad instituciones de la sociedad civil independientes que tienen la esencial finalidad de velar para que la prestación de sus servicios responda a las necesidades de la sociedad.

Los colegios profesionales fueron definidos por la Ley de 1974 como corporaciones de derecho público con personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines. Posteriormente, nuestra Constitución Española los previó de manera específica en su artículo 36, y fueron considerados por el Tribunal Constitucional como “otra forma de actuación social y colectiva compatible con la estatal y los diversos poderes y funciones”. En la actualidad, han devenido necesarios al ir más allá de las cuestiones meramente económicas de las profesiones, por ello merecen un trato diferenciado y específico que atienda a la importancia real de sus funciones, así como al papel tan relevante que aportan para la evolución del país y de Europa.

La vigilancia que a través de estas Corporaciones se hace del ejercicio de la profesión resulta imprescindible, puesto que los valores superiores de innegable proyección social con los que se trabaja exigen el cumplimiento no solo de una lex artis, sino también la observancia de una serie de normas deontológicas, éticas y morales. En el caso de la Abogacía, el deber deontológico resulta evidente, por cuanto se ha de garantizar el cumplimiento de la confidencialidad profesional para que no se produzca ningún tipo de indefensión, teniendo los Colegios Profesionales la potestad de sancionar y corregir disciplinariamente a sus colegiados y colegiadas para asegurar que el ejercicio de la profesión responda al interés general. La obligatoriedad de la colegiación en nuestro caso y el sometimiento a una deontología común son garantía de independencia y fuerza para el abogado y para el profesional que, a veces demasiado aislado, se tiene que enfrentar a los poderes públicos.

Resulta asimismo imprescindible destacar la labor de vigilancia que ejercen los colegios frente al intrusismo profesional el cual, en aras a proteger un bien jurídico de relevancia constitucional, supone un delito sancionado en el art. 403 de nuestro Código Penal.

Hoy por hoy, los Colegios Profesionales son auténticos lobbies cuya fuerza y capacidad de influencia en la vida pública no deben obviarse, pues a través de la presión ejercida por los mismos en defensa de los legítimos intereses de su colectivo, se han convertido en agentes indispensables que actúan como un engranaje que despliega enriquecedores canales de participación entre la sociedad civil y los poderes públicos.

Teniendo en cuenta la labor desarrollada por determinadas profesiones, defendemos la necesidad de articular todos esos valores y acciones transformadoras de la sociedad a través de una institución de colegiación obligatoria, capaz de actuar como un verdadero grupo de presión que trabaje por los intereses de las profesiones y en beneficio de la ciudadanía, y que por imperativo legal sea público, democrático y transparente. Sólo así podemos garantizar un Estado justo y participativo. 

Maria Eugènia Gay es presidenta de la Associació Intercol·legial de Col·legis Professionals de Catalunya y decana del Col·legi d'Advocats de Barcelona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_