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La ampliación más necesaria del metro de Madrid llega tarde

Los expertos coinciden en que alargar la línea 11 es imprescindible, pero critican que no se aproveche para dar servicio a barrios periféricos

Miguel Ángel Medina
Un hombre entra a la estación de La Peseta, en la línea 11 del metro de Madrid.
Un hombre entra a la estación de La Peseta, en la línea 11 del metro de Madrid.VÍCTOR SAINZ

En la legislatura de 2003 a 2007, durante el primer Gobierno regional de Esperanza Aguirre (PP), Metro de Madrid vivió la mayor ampliación de su historia: se alargaron nueve de las 13 líneas (con 80 kilómetros de nuevos túneles) y se construyeron 90 estaciones. Los planes para los siguientes cuatro años también era ambiciosos, pero en 2008 llegó la crisis y todo quedó paralizado. Uno de los proyectos que se guardó entonces en el cajón fue la prolongación de la línea 11, llamada a ser una especie de M-40 del metro, que enlazara las líneas periféricas y desatascara la línea 6, la más usada del suburbano.

El pasado miércoles, el Gobierno de la Comunidad de Madrid anunció que retoma esta idea a pesar de estar en funciones. “Es un proyecto estratégico para el desarrollo y el crecimiento de la ciudad en el que vamos a invertir unos 300 millones de euros”, explicó la consejera de Transportes en funciones, Rosalía Gonzalo. Los expertos consultados por EL PAÍS consideran que esta ampliación es imprescindible, pero coinciden en que llega tarde y se lamentan de que no se aproveche para hacer nuevas paradas en el exterior de la M-30.

“La de la línea 11 es la ampliación más necesaria del metro de los últimos 20 años. Eso lo sabe bien el Consorcio Regional de Transportes —el organismo que planifica el transporte de la región— pero durante años se ha ido relegando en favor de otras ampliaciones a la periferia que no eran ni mucho menos tan necesarias pero tenían mejor rédito electoral, como MetroNorte y MetrOeste”, explica Adrián Fernández, portavoz de movilidad de Greenpeace. “Es una ampliación imprescindible porque contribuye al mallado de la red, permitiendo conexiones que ahora mismo son difíciles o están muy congestionadas, como el tramo sur de la línea 6”, añade.

Coincide en el análisis Fernando de Córdoba del blog de movilidad urbana Ecomovilidad.net: “La Comunidad de Madrid sabe desde hace décadas que esta línea era imprescindible ampliarla, pero se ha ido quedando en el cajón de los proyectos complicados. En cambio, se proyectaron ampliaciones electoralistas como MetroNorte o el Metro Ligero que podían haberse solucionado con autobuses de alta capacidad, pero daban más rédito electoral”. En su opinión, alargar la línea 11 supodrá “mejorar el mallado de la red y los transbordos entre líneas”.

Álvaro Fernández Heredia, exgerente de la Empresa Municipal de Transporte (EMT), reconoce la necesidad de esta ampliación pero lamenta la tardanza: “Lleva sobre la mesa muchos años, se ha retrasado en exceso y es una oportunidad de conectar y dar accesibilidad a distritos importantes del sur”. Sin embargo, “se pierde una oportunidad única para dotar de una estación a los barrios de Moscardó (Usera) y Comillas (Carabanchel), que ahora mismo están mal comunicados”. Los vecinos de estas zonas han presentado alegaciones pidiendo estaciones en sus barrios.

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Efectivamente, los técnicos de la Comunidad han barajado tres posibles recorridos para enlazar la línea 11 desde su inicio actual, en la plaza Elíptica, hasta Conde de Casal (línea 6): uno de ellos realizaba parada en estos barrios y otro discurría más al norte, con transbordo en Embajadores. El tercer trazado, el escogido por el Gobierno regional, opta por crear tan solo una nueva estación, Madrid Río —con salidas a los paseos de Santa María de la Cabeza y Yeserías—, y luego prolongar la línea hasta Palos de la Frontera (línea 3), Atocha (línea 1 y cercanías) y Conde de Casal (línea 6).

“Es un poco absurdo no aprovechar el trazado para hacer nuevas paradas fuera de la M-30 y otra en Mariano de Cavia, y en cambio se apuesta por hacer una estación en Madrid Río que para mí no es tan necesaria”, dice Adrián Fernández. “Desde la plaza Elíptica a Madrid Río debería haber paradas intermedias, es una zona mal comunicada, con poca accesibilidad en transporte público y muchos habitantes, además de un agujero negro de la contaminación. Si no se hacen ahora no se van a hacer nunca”, señala el exgerente de la EMT.

Si los plazos se cumplen, la ampliación —de unos 6,3 kilómetros— arrancaría en 2020, aunque no hay fecha de finalización. En cualquier caso, seguirá estando incompleta: los planes más ambiciosos contemplan alargarla por el sur hasta el casco urbano de Leganés y, por el este, hasta al menos Ciudad Lineal.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad -es un apasionado de la bicicleta-, consumo y urbanismo. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha ganado los premios Pobre el que no cambia su mirada y Semana Española de la Movilidad Sostenible. Ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’.

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