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El PSC negocia el gobierno metropolitano con comunes, ERC y Junts per Catalunya

El partido de Colau intenta vetar a los neconvergentes

Antonio Balmón, alcalde de Cornellà.
Antonio Balmón, alcalde de Cornellà.MASSIMILIANO MINOCRI

Cerrados los pactos de Gobierno en los ayuntamientos y la Diputación de Barcelona, llega el turno de acordar el ejecutivo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). El PSC, que tiene 44 de los 90 consejeros metropolitanos, cuenta con los comunes pero también ha abierto conversaciones con ERC y Junts per Cataluña. La idea de los socialistas es que el ejecutivo supramunicipal represente a los partidos que tienen alcaldías en los 36 municipios metropolitanos.

Los comunes, por su parte, son partidarios de un tripartito con PSC y ERC, como en el mandato pasado, y rechazan incluir a los neoconvergentes. Lo que no está en discusión es que Ada Colau, en tanto que alcaldesa de Barcelona, repita como presidenta de la AMB. Eso sí, los comunes —con solo 16 consejeros metropolitanos— piden que no sea una presidencia simbólica.

El Área Metropolitana tiene un presupuesto anual de 751 millones de euros y competencias en áreas de peso como el transporte y la movilidad, la lucha contra la contaminación o la gestión del agua (la cartera más deseada por los comunes, por su promesa de remunicipalizar el servicio). Del total de 90 representantes del consejo metropolitano, el PSC tiene 44, los comunes y ERC 16 cada uno, Junts per Catalunya 7, Ciudadanos 5 y el PP, 1.

El alcalde de Cornellà y vicepresidente ejecutivo del AMB, Antoni Balmón, es el negociador de los socialistas y explica que las negociaciones buscan “que todos los partidos que tengan alcaldías participen en el gobierno”. Balmón precisa que el acuerdo todavía no está cerrado, porque pretende “fijar un pacto programático y después afrontar el reparto de las vicesecretarias”.

Reparto de vicepresidencias

Actualmente, además de la vicepresidencia ejecutiva el AMB tiene otras dos vicepresidencias (PSC una y comunes otra) y cinco áreas (dos PSC, dos comunes y una ERC). Pero estas cifras podrían modificarse, como ocurre con las tenencias de alcaldía en los ayuntamientos, que pueden variar de un mandato a otro.

Balmón subraya que, a diferencia de las ciudades, “el Gobierno de la AMB es de gestión y se aparca lo que se podría definir como lo más emocional, es decir lo político”. Como en cualquier otro pacto, la idea es cerrarlo antes del pleno de constitución del AMB, previsto para el día 25 de este mes.

 El negociador de los comunes es Eloi Badia, concejal del equipo de Colau en el Ayuntamiento. Fuentes de los comunes rechazan, como ya hicieron en el Gobierno de la capital catalana, la presencia de Junts per Catalunya, donde está incluido el PDeCAT, por dos razones: por su poco peso en las alcaldías del área metropolitana, y porque les consideran ideológicamente alejados de sus prioridades.

Con todo, desde las filas neoconvergentes recuerdan que en mandatos anteriores ya se habían hecho “gobiernos de concentración” similares a los que les ha propuesto el PSC y que valoran “muy positivamente”. Junts per Catalunya espera poder cerrar un acuerdo a finales de esta semana. El negociador por esa formación es el alcalde de Sant Climent de Llobregat, Isidre Sierra.

La negociación en Esquerra se está llevando directamente desde la dirección nacional del partido. Su premisa es lograr más peso en la dirección al haber doblado su presencia en la AMB. El sistema de elección del presidente de ese ente se hace a través de varias vueltas y de entrada para ser elegido hay que obtener dos tercios de la representación.

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