Colau también tendrá que pactar con el PSC si quiere presidir el AMB

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dependerá de nuevo del PSC si quiere repetir en la presidencia del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el gobierno metropolitano de la capital catalana y los 35 municipios que la rodean. Con un presupuesto de 751 millones de euros, el AMB tiene competencias en cuestiones de peso como el transporte y la movilidad o el medioambiente, carteras que incluyen políticas de tanta trascendencia como la lucha contra la contaminación o el agua. Tanto los comunes como socialistas desvinculan el acuerdo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona del que pueda negociarse en el AMB o la Diputación. Fuentes de los dos partidos responden lo mismo: “Son lógicas distintas”.

En el mandato pasado, bajo la presidencia de Colau la junta de gobierno del AMB estuvo formada por un tripartito de comunes, PSC y ERC. En el caso del Consejo Metropolitano (que vendría a ser el pleno), tras las elecciones municipales del 26-M, los comunes mantienen la misma representación (16 de un total de 90 consejeros), pero el PSC ha aumentado los suyos (de 33 en el mandato pasado a 44). ERC ha crecido de 11 a 16.

Históricamente, el presidente de la AMB ha sido el alcalde de Barcelona, y es previsible que Colau repita, pero tendrá que pactar con el PSC y repartirse las vicepresidencias. A los comunes el área metropolitana les interesa porque tiene un papel clave en cuestiones como la reciente regulación de las VTC, la Zona de Bajas Emisiones que se cortará al tráfico de los vehículos más contaminantes, la futura empresa mixta de Vivienda, el Observatorio Metropolitano de Vivienda, o el proyecto de municipalizar el agua o la gestión de los residuos. Todas ellas impulsadas desde el Ayuntamiento de Barcelona.

En el mandato pasado, el vicepresidente ejecutivo del Área fue Antoni Balmón (Cornellà, PSC) y los dos vicepresidentes eran Núria Marín (L’Hospitalet, PSC) y Lluís Tejedor (El Prat, comunes). De las cinco áreas, los comunes tenían dos (Medio Ambiente y Planificación Estratégica), los socialistas, otras dos (movilidad y desarrollo social y económico) y ERC la de cooperación.

El sistema de elección del presidente del AMB es curioso y contempla varias vueltas si no logra ser elegido en la primera, que está prevista para el 25 de julio, cuando se celebrará el Consejo de los 36 alcaldes. Aquí, el presidente necesita dos tercios de la representación, que es proporcional a los habitantes de todo el AMB. En conjunto, los 36 municipios suman una población de 3,2 millones de personas.

De estos, los comunes gobiernan ayuntamientos que suman 1,75 millones (Barcelona, con sus 1,6 millones, ya pesa mucho). Y los Ayuntamientos socialistas suman 1,27 millones de habitantes. Ninguno de los dos partidos alcanza, los dos tercios necesarios, 2,17 millones de personas. De modo que tienen dos alternativas: bloquearse mutuamente y pasar a la siguiente vuelta; o pactar.

Si no pactaran, el segundo round es el Consejo Metropolitano: 90 alcaldes y concejales que tienen un peso proporcional a la población de cada ciudad. Por ejemplo, Barcelona tiene 25 consejeros, y Badalona, L’Hospitalet de Llobregat y Santa Coloma tienen cuatro cada uno. Aquí la mayoría necesaria es distinta: tres quintas partes de los 90 consejeros, que equivale a 54 votos de los 90 consejeros. De nuevo, comunes y PSC sumarían, un escenario que ya se habría podido conseguir en la votación anterior. Pero si no se hubiese conseguido, el PSC también podría alcanzar otras mayorías, aunque parecen poco probables: con ERC (también tiene 16), Juntsper Catalunya (7), Ciutadans (4) o el PP (1).