El ‘mercado de la miseria’ reaparece tras las elecciones

La Guardia Urbana de Barcelona desalojó en marzo, en plena precampaña electoral, el llamado mercado de la miseria, a pocos metros de los Encantes, en donde se venden todo tipo de utensilios y ropa usados. La Policía local organizó entonces un intenso dispositivo para atajar el mercadillo que ahora se ha relajado. La última semana decenas de personas han retomado la venta ambulante aprovechando el atardecer, cuando las patrullas se retiran.

El pasado mes de marzo el Ayuntamiento hizo público que, durante medio año, la Guardia Urbana, los Servicios Sociales y un equipo de Conflictos en el Espacio Público —capitaneado por el que, entonces, era gerente municipal, Jordi Martí— habían llevado a cabo un trabajo que calificaron como “discreto” para eliminar mercado de la miseria. Concluyeron que la actividad económica que se daba en el lugar era “prácticamente inexistente”. El Consistorio remarcaba entonces que el fenómeno era, sobre todo, un espacio de socialización. Pese a ello, a dos meses para las elecciones se avisó a los improvisados vendedores que se instalaban a diario, en uno u otro punto de la plaza, de que ya no podían improvisar sus tenderetes en la zona. Tras el aviso, la Guardia Urbana desalojó la explanada de las Glòries. Al Consistorio le preocupaba la “ocupación masiva” del espacio.

Los agentes continúan allí durante el día. La presencia estática de policías municipales se ha cronificado mañana y tarde. Pero la actividad económica o el espacio de socialización que era el mercado de la miseria ha logrado abrir una brecha. Decenas de vendedores consiguen a diario burlar el control policial instalándose al atardecer.