El Consistorio desaloja el ‘mercado de la miseria’

A dos semanas para la apertura del parque de Glòries y la reforma de la Meridiana, el mercado de la miseria se ha esfumado. Desde el sábado pasado ya no están las decenas de vendedores que, a pocos metros de los Encants, ofrecían cualquier objeto sobre el asfalto y cuya presencia había aumentado hasta el punto de que había días que casi no se podía caminar.

El Ayuntamiento de Barcelona asegura que la eliminación del mercadillo ha sido fruto de un trabajo “discreto” durante los últimos seis meses en el que han participado los distritos, la Guardia Urbana, los Servicios Sociales y el equipo de Conflictos en el Espacio Público. El operativo lo ha capitaneado el gerente municipal, Jordi Martí.

Explica que el Consistorio realizó una diagnosis y llegó a la conclusión de que “la actividad económica era prácticamente inexistente” —la prueba es que la mercancía se quedaba en el suelo, recuerda— y que “se trataba más de un espacio de socialización”. “No era una actividad comercial como el top manta”, aclara y subraya que muchos vendedores ni siquiera viven en la ciudad.

Martí relata que los equipos que han participado en el operativo derivaron, si era preciso, a los vendedores a los servicios sociales y les avisaron de que el sábado ya no se podrían instalar. El desalojo, pues, se ha producido sin conflictos, aunque un retén de Guardia Urbana permanece en la plaza día y noche para evitar que algún vendedor vuelva a instalarse.

“Son perfiles con una alta vulnerabilidad, si alguien ha necesidado ayuda, de ello se han ocupado los servicios sociales. No hemos resuelto la dinámica social, sino la ocupación masiva del espacio público”, admite el Gerente.