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El falso espía que abusó de tres menores en Madrid

La Policía Nacional arresta a un supuesto pederasta que se hacía pasar por agente secreto para amenazar a sus víctimas

F. Javier Barroso
Agentes antidisturbios de la Policía Nacional en una reciente operación en Madrid.
Agentes antidisturbios de la Policía Nacional en una reciente operación en Madrid.F. J. B.

Se hacía pasar por espía y amenazaba a los menores con echar a sus padres de sus puestos de trabajo si contaban lo que les estaba haciendo. Este falso agente secreto, un hombre de 50 años, ha sido detenido por la Policía Nacional en Madrid acusado de haber abusado al menos de tres menores, de entre 12 y 14 años. El engaño que utilizaba era invitar a los adolescentes a la videoconsola de forma que se ganaba su confianza y lograr así abusar sexualmente de ellos.

Los agentes de Policía Judicial recibieron a principios de año la denuncia de una madre cuyo hijo de 16 años en la actualidad había sufrido abusos sexuales entre los 12 y los 14 años. Este hombre se hizo pasar por agente secreto. Para ello, mostraba una placa emblema de la Policía Nacional falsa.

Las pesquisas lograron revelar que el supuesto pederasta había atacado sexualmente a otros dos menores. El falso espía residía en el mismo barrio del sur de Madrid -una zona obrera- que sus víctimas. La localización no ha sido facilitada por la Policía Nacional para preservar la identidad de los adolescentes.

La forma de actuar del detenido era siempre la misma. Se ganaba la confianza de los jóvenes a través de invitaciones a jugar en su casa con videoconsolas. Les llevaba a una vivienda que utilizaba como trastero y que estaba en las proximidades de donde se encontraban los menores. También les daba golosinas. Cuando ya existía una relación entre ambos, les entregaba entre 10 y 40 euros si participaban en juegos sexuales. Para ello, les mostraba películas pornográficas y se masturbaba en su presencia, según ha informado esta mañana la Dirección General de la Policía.

Poco a poco iba incrementando su abuso sexual hasta realizar tocamientos en los genitales de los menores o estos lo hacían con él. En alguna ocasión llegó a haber acceso carnal, según la policía. "No se puede hablar en este caso de agresión sexual porque no ha habido ni violencia ni intimidación", según el inspector de la Unidad de la Familia (UFAM) Central y responsable de la investigación, José Manuel Caro.

La madre que denunció el primer caso no quiso al principio que testificar su hijo ante la policía, ante el temor de que el supuesto abusador cumpliera sus amenazas y lograra echar de su trabajo al padre de la víctima. Después declararon los otros dos jóvenes, que en la actualidad ya son mayores de edad. Estos confirmaron que habían sufrido actos similares al descrito por el primer menor.

Un bolígrafo cámara

Las tres víctimas coincidieron en sus declaraciones que el supuesto autor les había grabado mientras realizaban los actos sexuales con un dispositivo en forma de bolígrafo la que se le encendía una luz roja mientras captaba las imágenes. Según sus testimonios, estos encuentros sexuales se repitieron durante dos años, "con una frecuencia de al menos cuatro veces al mes", según la policía.

Los agentes identificaron al supuesto autor y comprobaron que no era un agente secreto. Es más, este falso espía no tenía ninguna relación con el ámbito de la seguridad. El arrestado trabaja como operario de limpieza y mantenimiento en una empresa, por lo que no tenía ningún contacto con menores. Vive con sus padres y tiene un trastero muy cerca del domicilio familiar. Allí supuestamente cometió los abusos sexuales a los menores. "Generalmente aprovechaba los fines de semana. Este tipo de delincuentes no tienen un perfil concreto de víctima. Primero examinan el terreno y controlan a los chavales que se juntan a diario en la calle. Después contactan con ellos hasta que consuman el delito", destaca Caro.

Unos días antes de su arresto, un testigo vio al presunto pederasta cerca de su domicilio. Le acompañaban dos menores de siete y diez años, a los que les propuso que subiera a su casa para jugar a la videoconsola. Los niños declinaron la invitación y continuaron jugando en la calle.

La policía detuvo finalmente al autor y, tras conseguir el pertinente mandamiento judicial, registraron la habitación, las zonas comunes del edificio en el que vive y el piso trastero. Fuentes de la investigación han explicado que el detenido negó todos los hechos y mantuvo que él no ha hecho nada de lo que se le acusa. Los agentes decomisaron cuatro discos duros -uno de ellos con gran capacidad-, una memoria electrónica, una videoconsola, un ordenador y una caja fuerte.

El material informático ha sido volcado a los ordenadores de la Policía Nacional por la Unidad de Investigación Tecnológica y está siendo analizado para comprobar si entre el material están los vídeos que el detenido grababa a sus víctimas.

Tras pasar a disposición judicial, el detenido quedó en libertad con cargos, pendiente de ser citado por el magistrado que instruya el caso. Hasta entonces, carecía de antecedentes policiales y judiciales. La Policía Nacional continúa con las investigaciones dado que no descarta que pueda haber más víctimas en el barrio de este supuesto pederasta. El inspector de la UFAM Central ha pedido a las víctimas y a los familiares de estas que denuncien estos delitos porque hoy en día existen medios muy desarrollados para poder detener a los autores.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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