Jujol, un arquitecto con mala suerte
El COAC dedica una muestra con 60 de sus dibujos en los que se ve la evolución de la Casa Planells
Creador de una obra arquitectónica con marcado carácter personal, donde es evidente la sensibilidad por las formas de la naturaleza, los detalles artesanales y la reutilización de los materiales de desecho, como el trencadís. No se trata de Antonio Gaudí, aunque podría serlo. Son algunas de las características de la obra de Josep Maria Jujol (1879-1949), el mejor colaborador del archifamoso arquitecto con el que trabajó en edificios como la Pedrera, la Casa Batlló y la Sagrada Familia. Pero la fortuna de poder trabajar junto a Gaudí le ha pasado factura a Jujol, autor también de una obra personalísima que ha quedado eclipsada y casi anulada por el de Reus. La mala suerte de Jujol tiene que ver también con el hecho de que muchos de sus proyectos acabaron, por temas económicos y lejos del original o sin materializarse, mermándole visibilidad, algo que, 140 años después de su nacimiento, sigue produciéndose.
Es el caso de la Casa Planells, su edificio más representativo en Barcelona, (amén de la poco valorada fuente de la Plaça de Espanya; una rara avis que hizo influido por la arquitectura romana tras su viaje de novios). El edificio, concluido en 1924, dentro de su originalidad no tiene nada que ver con el proyecto inicial, como evidencia la exposición Jujol y el dibujo (hasta el 7 de julio); selección de 60 dibujos, muchos de ellos inéditos, que le dedica el Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC), en la que queda demostrado que Jujol fue un excepcional virtuoso del dibujo.
En uno de los dibujos se ve el porqué de este espacio minúsculo en el número 332 de Diagonal esquina Sicilia. "Jujol comenzó creando una casa para el contratista Evelí Planells pero pronto perdió la mitad del solar tras venderlo y quedarse reducido apenas unos 80 metros cuadrados", explica el comisario, el también arquitecto Roger Subirá, delante de la secuencia de los dibujos de Jujol en los que se ve como proporciones y fachada fueron variando, como consecuencia de la merma de solar.
En el primer proyecto de 1922 para un médico, que incluía residencia y consulta, Jujol dibujó un gran jardín, tres pisos más un ático, garaje en el sótano y fachada recargada. Tras la venta de parte del solar, la fachada de la Diagonal pasó de 20 a 10 metros y de Sicilia de 18 a 12 metros y Jujol en 1923 hace un segundo dibujo en el que la fachada se llena de ornamentos, esgrafiados y se corona (era muy religioso) con una escultura de la Virgen María. Al final, las deudas llevaron a Planells a desistir y el último encargo (en octubre de 1923) es el de un edificio de seis plantas con una fachada en la que solo prevalece lo fundamental. Jujol solo construyó hasta el segundo piso. Al final, la falta de dinero hizo que Planells y Jujol abandonaran y que otro arquitecto terminara. Pero Jujol fue capaz de crear pisos milagro de 20 metros cuadrados en un solar de 80 aprovechando las alturas.
La exposición, formada por dibujos del Fondo Jujol del Archivo Histórico del COAC, muestra su maestría e incontinencia en el dibujo, así como su proceso creativo. "Los dibujos muestran como dibujaba de forma impulsiva, reaprovechando el papel pintando en las dos caras y superponiendo dibujos de fachadas, interiores o detalles", explica Subirà. Otros de los dibujos son los del Pabellón del Vestido de la Exposición Universal de 1929, la fuente monumental y dibujos de su etapa de formación, como un enorme rosetón de la catedral de Notre-Dame que seguro que le sirvió cuando, tras la Guerra Civil, se le encargó restaurar el de Santa Maria del Pi en Barcelona destruido.
Poco dinero y eclipsado por el maestro. "La pregunta no es que le debe Jujol a Gaudí, sino que le debe Gaudí a Jujol", prosigue Subirà, que recuerda como Jujol es el responsable de trabajos tan gaudianos como las barandillas de hierro de la fachada, los techos y columnas del piso principal de La Pedrera; del banco ondulado y el techo de la sala hipóstila del Park Güell y del revestimiento con trencadís de la fachada de la Casa Batlló. También en la catedral de Mallorca, donde tal y como Juanjo Lahuerta, director de la cátedra Gaudí de la ETSAB-UPC recuerda, mientras Jujol inventaba el arte abstracto lanzando botes de pintura junto a las sillerías góticas, Gaudí le decía "muy bien, Jujol, muy bien".
El teatro Metropol y la Casa Planells, serán BCIN
La iniciativa de conmemorar desde junio de 2018, los 140 años del nacimiento de Jujol es del Ayuntamiento de Sant Joan Despí, donde fue arquitecto municipal y posee un buen número de edificios. La Generalitat, de forma paralela, se ha propuesto incrementar el número de edificios suyos que estarán protegidos como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). De los tres ya catalogados: Can Negre y la Torre de la Creu en Sant Joan Despí y la iglesia de Vistabella en La Secuita, se estudiará el nivel que requieren otros nueve. "Ya se ha presentado el expediente del teatro Metropol de Tarragona y hemos comenzado con la Casa Planells", señala Subirà. Los actos del Año Jujol140 se prolongarán hasta septiembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.