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La Sagrada Familia consigue la licencia de obras 137 años después

El patronato tendrá que pagar 4,6 millones de euros por regularizar las obras comenzadas en 1882

La Sagrada Familia de Barcelona, fotografiada desde el barrio de El Carmelo
La Sagrada Familia de Barcelona, fotografiada desde el barrio de El CarmeloCarles Ribas (EL PAÍS)

La Sagrada Familia ha obtenido este viernes la licencia de obras del Ayuntamiento 137 años después de que se colocara su primera piedra. El patronato tendrá que pagar 4,6 millones de euros por el permiso para gran rehabilitación aprobado por la Comisión de Gobierno del ayuntamiento, que establece el terreno edificable en 53.495 metros cuadrados.

La teniente de alcalde de urbanismo, Janet Sanz, ha celebrado haber completado uno de sus objetivos de legislatura más relevantes: “conseguir acabar con una anomalía histórica en nuestra ciudad”. Sanz ha explicado que la basílica tendrá que pagar “como todo el mundo y sin ningún tipo de privilegio” y que será el Instituto Municipal de Hacienda el que determine la forma de pago.

La Junta Constructora de la Sagrada Familia tendrá que abonar 4,6 millones al ayuntamiento de la capital por el Impuesto de construcciones, instalaciones y obras (ICIO), y por las tasas de licencia de obras. El permiso que pone en orden el templo modernista establece un máximo edificable en 172 metros de altura y determina la parcela en 53.495,61 metros cuadrados, 41.026,29 sobre suelo, y dos plantas de sótano.

En paralelo, el ayuntamiento ha determinado el principal uso del templo como centro de culto visitable, y delimita a 378 metros el espacio para uso comercial, al que se tendrá acceso solo desde el interior de la propia basílica.

La licencia ha sido concedida en los últimos días del mandato de Ada Colau, después de fuera solicitada hace más de 130 años al consistorio de Sant Martí Provençals en el año 1885. El acuerdo entre consistorio y patronato llega después de que en octubre de 2018 el gobierno Colau y el templo pactaran regularizar las obras: el templo pagará 36 millones en 10 años para compensar el gasto que genera a la ciudad, y el Ayuntamiento aprobó un plan especial urbanístico para las obras.

La basílica es uno de los monumentos con más afluencia turística de España, con 4,5 millones de visitas en el interior y alrededor de 20 millones que la contemplan desde fuera. El incremento en el número de visitantes ha alterado de forma sustancial el uso del espacio público, y el transporte público se ha visto sensiblemente afectado. Con el objetivo de mejorar los servicios ciudadanos y el mantenimiento del espacio, de los 36 millones acordados, 22 de ellos irán destinados a la ayuda al transporte público, siete a mejorar los accesos al metro, cuatro a reurbanizar las calles que rodean la basílica, y tres destinados a sufragar servicios de limpieza, vigilancia y agentes cívicos.

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