“Cualquier alcalde que quiera gobernar debe garantizar que la vivienda sea un derecho”

Jaime Palomera es portavoz del Sindicato de Inquilinos, que defiende el derecho a la vivienda y los alquileres asequibles, estables, seguros y dignos.

¿Qué le pide al nuevo alcalde?

Que sea valiente ante los poderes privados que históricamente han hecho lo que han querido en esta ciudad. Que ante los poderes económicos que han sometido al poder político haya valentía y coraje para hacer cambios en favor de la ciudadanía y no para una minoría privilegiada.

¿Cuál es el principal problema de Barcelona y cómo debe combatirse?

El derecho a la vivienda, que en esta ciudad está amenazado. Los derechos humanos no se negocian y cualquier alcalde que quiera gobernar debe garantizar que la vivienda sea un derecho: y no solo haciendo vivienda pública, sino con valentía y sin ceder ante los grandes especuladores.

¿En qué barrio vive y en que barrio le gustaría vivir?

Vivo en Sant Antoni y me gustaría vivir aquí muchos años más. Me encanta, aquí ha nacido y crecido mi hija. Los vecinos de los barrios populares tenemos que ser valientes ante los que quieren especular con la vivienda y convertirla en un gran negocio y un lujo, y conseguir contratos de alquiler estables, dignos y a un precio asequible.

¿Cuál debería ser el gran proyecto de la ciudad en estos próximos años?Que sea una ciudad para las mayorías, que la gente de la ciudad pueda vivir aquí y disfrutar de la gran urbe que es Barcelona pasa por asegurarse que la vivienda no está en manos del mercado sino que es un derecho. 

¿Está a favor o en contra del turismo?

En contra de la industria inmobiliaria y la forma de trabajar históricamente en Barcelona, de someter todo lo que pasa en la ciudad a una marca que nos convierte en un parque temático para los visitantes y provoca que cada vez reconozcamos menos nuestros barrios y la convivencia esté amenazada.

¿Cuál es el mejor lugar de Barcelona?Villarroel, 10. Es donde el Sindicato de Inquilinos crece y se organiza a diario. Somos centenares de personas que le dan vida y luchan contra la burbuja del alquiler.