Fantasmas en la Puerta del Sol
La presencia de Garrido, y las previsibles ausencias de Alberto Ruiz-Gallardón, Ignacio González y Cristina Cifuentes, marcan la recepción del 2 de mayo
Varios fantasmas sobrevuelan el pistoletazo oficioso de la campaña para las elecciones del 26 de mayo, que retumbará hoy en la Real Casa de Correos durante la recepción por la festividad del 2 de mayo, día de la Comunidad. No está prevista la presencia de Ignacio González, el presidente que acabó en la cárcel. Tampoco se espera a Cristina Cifuentes, la expresidenta para la que la fiscalía pide tres años de prisión por el caso máster, o a Alberto Ruiz-Gallardón, que declaró como investigado en el caso Lezo. Y sí acudirá Ángel Garrido, el líder regional del PP que acaba de fichar por Ciudadanos. Solo él y Esperanza Aguirre han confirmado asistencia de entre el grupo de seis exdirigentes, todos populares salvo Joaquín Leguina (PSOE). Antes de que pronuncie su discurso el actual presidente en funciones, Pedro Rollán, ese es el mejor resumen de la crisis que rodea al PP de Madrid, perseguido por los casos de corrupción, deprimido por el mal resultado de las elecciones generales y asfixiado por la posibilidad de perder el poder en Madrid por primera vez desde 1995.
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“¡Traidor!”. El epíteto que le dedica una traseúnte a Garrido en Pozuelo, durante uno de sus primeros actos en Ciudadanos, muestra la conmoción que causado su huida en el PP. En un año, Garrido ha pasado de protagonizar la recepción dando el discurso como presidente en funciones con los populares —ocurrió en 2018, cuando asumió el cargo tras la dimisión de Cifuentes— a asistir ahora como aspirante de Ciudadanos —tras no lograr que Pablo Casado le eligiera como candidato regional del PP, puesto que ocupa Isabel Díaz Ayuso—.
“Lo de Ángel es inexplicable”, se sorprende un político madrileño que goza de la confianza del presidente nacional del PP. “No es cierto que no se colocara a su gente en las listas electorales. Pidió por los que pidió. Y esos, de una u otra manera, han ido en las listas”, razona sobre las supuestas motivaciones de la marcha de Garrido. “Es venganza pura y dura”, subraya sobre la conmoción que causó en la formación conservadora que Casado prefiriera a Díaz Ayuso como candidata regional. Y remata: “Llevamos cuatro años muy jodidos, y que nos pegue este último palo un tío con el que el comportamiento ha sido bueno, al margen del día en el que se produjo la nominación de Isa como candidata... ¡no me vengas ahora con estas! Es intolerable. Eso no se hace”.
No habrá mejor termómetro para medir el desasosiego que ha provocado en el PP el fichaje por Ciudadanos del expresidente que la recepción de hoy. Coincidirán Casado, Díaz Ayuso, Garrido y José Luis Martínez Almeida, el candidato capitalino popular. Y todos acuden sabiendo que el día se puede resumir en una foto. Igual que la silla vacía que separó a Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en la recepción de 2018 acabó representando la guerra por el poder nacional del PP, cualquier instantánea de los protagonistas madrileños marcará el inicio de la campaña.
No será ese el caso del discurso de Rollán. No al menos hoy. Las intervenciones de sus antecesores pasaron más o menos desapercibidas en su día, pero se leen ahora de otra forma, conocida la evolución de su biografía.
“Toda generación lleva a aparejada un proyecto colectivo, que se define por lo que vamos a crear y por lo que vamos a transmitir a las nuevas generaciones”, dijo en 2014 González. “Nuestra responsabilidad es impulsar nuestra democracia revitalizándola y seguir creando prosperidad para sostener y mejorar la sociedad del bienestar”.
“La corrupcion es incompatible con la democracia y el tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid”, aseguró Cifuentes en 2017.
“Los vaivenes políticos y los cambios coyunturales no pueden hacernos olvidar la consistencia de fondo de la sociedad madrileña”, apuntó en 2018 Garrido, que por entonces buscaba congraciarse con la dirección nacional del PP, por lo que evitó mencionar a su antigua jefa, y amiga, Cifuentes, que acababa de causar un terremoto político con su dimisión. De ella solo se acordó aquel día uno de los premiados de la jornada, Alfonso Ussía: “Sería muy grosero por mi parte no recordar a Cifuentes. Creo que he sido el único en recordarla y es la presidenta que nos ofreció este premio”.
Aquellas palabras ejemplifican cómo lo implícito lleva varios años siendo más importante que lo explícito en la recepción de Sol. Hoy está previsto que durante la entrega de medallas suenen piezas de zarzuelas tan conocidas como La Verbena de la Paloma; Don Manolito o El año pasado por agua. Sin embargo, hay veces que el silencio se escucha más que las orquestas. Y esta mañana, en Sol, las ausencias dicen tanto como las presencias.
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