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El éxito de Cs abre la batalla de la derecha en la Comunidad de Madrid

El ‘sorpasso’ al PP en las generales desata la lucha por liderar el bloque conservador En 14 de las 16 poblaciones de más de 50.000 electores, Cs superó a los populares

Angel Garrido, durante la noche electoral del 28 de abril.
Angel Garrido, durante la noche electoral del 28 de abril. Daniel Gonzalez (GTRES)
Juan José Mateo

En enero, Pablo Casado acudió a un teatro para presentar a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida como los candidatos del PP. Allí, de repente, entonó una línea del Enrique V de William Shakespeare con contenido premonitorio. “We few, we happy few, we band of brothers”, recitó. “Es decir, los pocos que tenemos claras las cosas, los felices pocos que tenemos claro cómo hay que apelar a la mayoría social”, tradujo, alabando las virtudes de tener cuadros convencidos. Tres meses después, las elecciones generales desvelaron que el PP nunca ha tenido tan pocos votantes en Madrid. Que Ciudadanos es la principal fuerza de derechas en la región. Y que en las regionales de mayo habrá una batalla sin precedentes en el bloque conservador: el PP no tiene garantizado ser primera fuerza ni liderar unas hipotéticas negociaciones con Ciudadanos y Vox para formar un Gobierno.

“El PP corre peligro de extinción. Tiene un problema de identidad. Y por eso hay una desbandada”, opina un dirigente de la Ejecutiva nacional de Ciudadanos conocedor de la estrategia de Aguado. “Si los cristianos y conservadores se van a Vox y los liberales a Ciudadanos, el PP deja de tener sentido”, sigue. “Si con Casado tirando del carro y con un discurso nacional han tenido este resultado en Madrid, ¿qué pasará cuando protagonice la campaña Díaz Ayuso, que no tiene discurso regional?”, añade antes de detallar alguno de los puntos nucleares de la campaña que planteará en las regionales Aguado, que intentará confrontar con el PSOE y explotar el fichaje de Ángel Garrido, expresidente popular de la Comunidad. “Harán pareja para convencer a los votantes tradicionales del PP de que en Ciudadanos hay gente con experiencia en gestión. Y a su candidata [Díaz Ayuso], ni tocarla. Que se equivoque sola”.

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En la batalla de las derechas, Ciudadanos se impuso el domingo en 86 de los 179 municipios, por los 65 del PP y los 27 de Vox. El análisis cualitativo de esos datos refuerza el sorpasso de la formación de Aguado, que venció a la de Díaz Ayuso en 14 de los 16 municipios con más de 50.000 electores —todos menos Madrid capital y Pozuelo—. Un balance que dejó noqueado al PP, donde todos los portavoces madrileños enmudecieron ayer, mientras digerían el resultado que ha abierto un debate interno sobre cuál debe ser la estrategia para neutralizar a Ciudadanos y a Vox.

“No hemos sido capaces de advertir y transmitir el peligro de la fragmentación del voto del centro derecha y de transmitir mejor esa importancia de concentrar ese voto”, transmitió una fuente del equipo de campaña de Díaz Ayuso. “Si el votante del PP que se ha ido a Vox no vuelve al PP y se unifica el voto, la izquierda gobernará en Madrid”, advirtió. Y remató: "El PP es el proyecto imprescindible para que el socialismo y la izquierda radical de Podemos no gobierne en Madrid puesto que Cs ha estado toda la legislatura votando con ellos".

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“Pero los resultados muestran que los votos se han ido por el centro, a Cs”, matizó una fuente próxima a Casado. “Contra los votantes de Vox no podemos ir. Tenemos que decirles que entendemos el toque de atención”.

Ese aviso se mide en datos. Si los resultados de las generales se repitieran en las autonómicas, la formación de Aguado sumaría más escaños (29) que las de Díaz Ayuso (25) y Rocío Monasterio (Vox, 19). La suma de las derechas sería suficiente para neutralizar la victoria del PSOE (37), que no alcanzaría a sumar con Podemos y Más Madrid.

El papel de Garrido

En ambos casos, la situación sería dramática para el PP, que gobierna Madrid desde 1995 y ha ganado siempre desde 1991. El sorpasso de Cs es el peor de los escenarios para sus intereses.

El 21 de diciembre de 2017, el PP sufrió una debacle en las elecciones autonómicas de Cataluña. A su pésimo resultado —cuatro diputados— se unió el triunfo de Ciudadanos —con 36—. Eso encendió todas las alarmas. Los consejeros de Mariano Rajoy, por entonces presidente del partido, advirtieron del efecto destructivo que tendría para el PP que ese resultado se repitiera en otras circunscripciones: la formación conservadora, argumentaron, perdería la posibilidad de encarnar la idea del voto útil, su gran arma electoral. Andalucía tranquilizó los ánimos: de nuevo, el PP quedó por delante de Ciudadanos. Pero la calma duró poco. Hasta el domingo. Con Galicia, Madrid es el gran bastión que le queda a la formación conservadora. Y si lo pierde en las elecciones autonómicas, certificará una crisis absoluta.

Hace tres meses, Casado recordó en aquel teatro los tiempos en los que visitaba Vallecas para comer entresijos y gallinejas con un amigo. Le alabó como un “gran político de partido”. Es “uno de los mejores”, dijo. Justo antes de las generales, aquel hombre fichó por Ciudadanos. Garrido se dio la mano con Aguado, y con ese gesto lo resumió todo: la batalla de la derecha amenaza la supervivencia del PP como fuerza hegemónica de la derecha en Madrid.

La "dura" jornada de los pesos pesados del Partido Popular

El día después de las elecciones generales fue una jornada “dura” en la sede madrileña del Partido Popular, que comparte edificio con la organización nacional en la céntrica calle de Génova. En las conversaciones entre los integrantes de la dirección regional, y del equipo de campaña de la candidata autonómica, Isabel Díaz Ayuso, no solo estuvo presente la debacle electoral. Muchos rostros reflejaron la preocupación por el propio futuro.

Pío García Escudero, el hombre que maneja los destinos de la gestora que dirige el PP de Madrid desde la dimisión de Cristina Cifuentes, fue el único representante del PP que llegó al Senado por Madrid, sinsabor al que se añadió que difícilmente podrá volver a presidir esa institución tras perder su formación la mayoría absoluta.

Al tiempo, Juan Carlos Vera, el número dos de la gestora, y hombre clave en la elaboración de las listas, se quedó fuera del Senado. Como no optaba al Congreso de los diputados, donde era ya un clásico de los populares, y no va en ninguna lista de las elecciones municipales y autonómicas, su futuro como representante público queda en pausa.

Antonio González Terol, que fue el último candidato por Madrid del PP que logró entrar en el Congreso de diputados, vivió con tristeza que Boadilla del Monte, el municipio en el que ha gobernado con mayoría absoluta durante dos legislaturas, fuera conquistado por Ciudadanos.

E igualmente triste fue la jornada para otros nombres destacados del PP de Madrid, como Mari Mar Blanco, que se quedó fuera de la Cámara Baja por el mal resultado que tuvo la formación conservadora en la región.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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