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El Metro fantasma del Raval

Los arqueólogos municipales localizan el inicio de un túnel que debía utilizarse para conectar, en 1930, La Rambla con el Paral·lel

Alfonso L. Congostrina
Galeria inundada de agua en los túneles del metro inacabado en Barcelona.
Galeria inundada de agua en los túneles del metro inacabado en Barcelona.Ayuntamiento de Barcelona

La devoción de Barcelona por los grandes acontecimientos no nació en los Juegos Olímpicos de 1992. En 1888 la capital catalana celebró una Exposición Universal. Fue tal el éxito que en 1929 se programó una Exposición Internacional que supuso la remodelación de la montaña de Montjuïc. Se construyeron edificios, se reformaron calles… En octubre de 1928 se inauguró un tramo de funicular que unía el Paral·lel con el parque de Montjuïc. Desde allí salía otro funicular, ahora desaparecido, que llegaba hasta el castillo. La ambición era grande e incluso se proyectó un metro de una sola vía que unía la parada del Liceu con la del funicular del Paral·lel. Nunca entró en funcionamiento. Ahora el Ayuntamiento ha localizado los restos de aquella obra que nunca fue.

Antonio Navarro era, en 2010, el propietario de una ferretería en la calle de Nou de la rambla. “Caí en la cuenta de que en 2013 nuestra calle, antes Conde del Asalto, cumplía 225 años. Empecé a consultar archivos y fue entonces cuando descubrí que existía el proyecto de hacer un metro de vía única debajo de nuestra calle. De hecho, sabía que se llegó a iniciar”, recordaba Navarro.

El Consistorio dio la razón al ferretero y anunció la localización del inicio del túnel casi por casualidad: la empresa Global Geomàtica está llevando a cabo, desde marzo, una intervención arqueológica previa a la instalación de la red de recogida de basuras neumática en el Raval-Sur. En el transcurso de la intervención han podido documentar varios restos relacionados con el urbanismo moderno de la zona durante el siglo XVII y XVIII. En la confluencia de la calle de Est con la de Nou de la rambla los arqueólogos localizaron un pozo. Y aquí fue donde la predicción de Navarro afloró. De hecho, el ferretero aseguraba que el Consistorio se puso hace unas semanas en contacto con él reclamándole información.

La empresa Funicular de Montjuïc S.A., según el arqueólogo municipal Xavier Maese, “sólo pudo acabar las líneas de funiculares”. A principios de los 30 se recuperó el “Proyecto de Ferrocarril Subterráneo desde la Rambla del Centro a la calle del Marqués del Duero por Conde de Asalto (1930-1934)”. El Consistorio otorgó la concesión pero la constructora topó con varios contratiempos hasta que, en 1934, los problemas económicos y las dificultades técnicas —además de las huelgas de trabajadores— obligaron al Ayuntamiento a denegar el permiso de obras. Al acabar la Guerra Civil se intentó retomar las obras sin éxito. El proyecto quedó olvidado, se habían construido las cocheras y la estación del Paral·lel. Unas instalaciones que se recuperaron cuando se puso en funcionamiento en los años 70 la actual línea 3.

Lo que se había casi olvidado es que en Est con Nou de la Rambla se construyó el denominado pozo de ataque, la cámara subterránea donde se montaba la tuneladora que debía perforar desde el Pla de la Boqueria hasta Montjuïc. Este pozo es el que ha aparecido ahora. Mide 3,50 metros por 2,50 con una profundidad de 12,50 metros, revestido por encofrados de hormigón con espesores de hasta 80 centímetros. Los arqueólogos, al acceder a la zona, se encontraron con la cámara con más de tres metros de agua freática. El pozo de ataque fue cubierto en 1933 después de que los vecinos protestaran porque la calle permanecía abierta. Los arqueólogos, que han necesitado la ayuda de la unidad de subsuelo de los Mossos, han localizado unas escaleras de madera y las vigas de un antiguo montacargas.

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