El mandato de Ahora Madrid culmina con una ruptura en el penúltimo pleno
Los concejales de IU, Anticapitalistas y Ganemos se oponen al convenio de gestión para el ámbito de los Berrocales, en el sureste
En el penúltimo pleno del mandato, que se celebra este miércoles, volverá a escenificarse la ruptura en el grupo municipal que gobierna el Ayuntamiento de Madrid. Rotos todos los lazos dentro del partido instrumental Ahora Madrid que llevó a Manuela Carmena a la alcaldía, los seis concejales de Izquierda Unida (IU), Ganemos y Anticapitalistas votarán en contra del convenio para la gestión del ámbito de los Berrocales, uno de los desarrollos del Sureste.
El Ayuntamiento quiere desbloquear los trabajos en una superficie de más de ocho millones de metros cuadrados, donde se construirán 22.000 viviendas, de las que el 50% serán destinadas a un régimen de protección pública. IU –representada en el pleno por Mauricio Valiente, Carlos Sánchez Mato y Yolanda Rodríguez– recuerda que "acabar con los pelotazos urbanísticos y afrontar la revisión de los planes especulativos" fue compromiso de Ahora Madrid en su programa para las elecciones de 2015. Señala además que por la cercanía del ámbito a la incineradora de Valdemingómez, "la calidad del aire no es adecuada" y que "no es urgente urbanizar nuevos barrios".
El partido considera también que se promueve un urbanismo "insostenible" con una "enorme dependencia del vehículo privado" y se aumenta la polarización "norte-sur laboral-residencial". El proyeto, desde su punto de vista, debería reducir la superficie urbanizable para recuperar valores medioambientales y culturales, adaptar los tipos de vivienda a la realidad social, con énfasis en la vivienda pública de alquiler, fomentar la actividad económica en el sur para que estos no sean barrios dormitorios y mejorar el acceso al transporte público.
Ganemos y Anticapitalistas, que en el Ayuntamiento son los concejales Pablo Carmona, Rommy Arce y Montserrat Galcerán, también rechazan este macroproyecto que se aprueba a dos meses de las elecciones y que no garantiza desde su punto de vista ni las zonas verdes ni la vivienda pública. “Madrid tiene decenas de miles de viviendas vacías y no necesita otras 22.000 más. Lo más lógico debería ser frenar los desarrollos especulativos del Sureste y dar prioridad a la elaboración de un nuevo plan general para la Ciudad de Madrid que se concentre en cuidar y garantizar una vida digna en la ciudad consolidada”, señalan.
Oposición al urbanismo de Carmena
Las votaciones en contra de los concejales, que preparan su propia confluencia para competir con la candidatura de Manuela Carmena en Más Madrid, se han centrado en buena parte en asuntos urbanísticos, que consideran "continuistas con los gobiernos municipales del PP". José Manuel Calvo, delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, considera que puede haber "discrepancias legítimas o comprensibles", pero señala que "ser a la vez gobierno y oposición es difícil de mantener" y demuestra falta de "lealtad". "En cualquiera de estas discrepancias se trata de proyectos heredados de la etapa anterior que se han reconducido", subraya Calvo, que critica que los concejales que se oponen "nunca han sido capaces de plantear ninguna alternativa".
La disciplina de voto en Madrid, si alguna vez existió, saltó por los aires muy al comienzo del mandato, cuando Mauricio Valiente y Yolanda Rodriguez se desmarcaron de una moción sobre la violación de los derechos humanos en Venezuela. En noviembre de 2015 los seis ediles votaron en contra de un desarrollo urbanístico en la calle Raimuno Fernández Villaverde que pasaba por la demolición de la antigua sede del Taller de Precisión de Artillería, edificio del siglo XIX declarado de interés cultural.
En abril de 2017, el pleno aprobó el cambio de uso de un antiguo edificio municipal en la calle del Divino Pastor, 9, antigua sede okupada del Patio Maravillas, donde un promotor planeaba construir 14 pisos turísticos. Cuatro ediles (Celia Mayer y Guillermo Zapata, vinculados al centro social okupado, Rommy Arce y Pablo Carmona) se ausentaron para no votar mientras Sánchez Mato, de IU, lo hizo tapándose la nariz como protesta.
En junio de 2017, Arce y Carmona se opusieron al plan de viviendas en las cocheras de Cuatro Caminos. Un mes después, los mismos dos concejales se ausentaron del pleno que aprobó el plan especial del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM).
Todo eso en grandes temas urbanísticos, pero las actas que recogen los acuerdos del pleno muestra votaciones en las que Ahora Madrid no suma a sus 20 concejales en muchas ocasiones que tienen que ver con la aprobación de planes especiales urbanísticos. Por ejemplo, en enero de 2016 solo 17 votan a favor del de un edificio en la calle Maldonado, promovido por los jesuitas, los mismos que en febrero y julio de 2017, sobre el plan especial de una parcela en la calle Carlos Latorre y en la colonia Mingorrubio, .
La ruptura más sonora del grupo municipal fue la aprobación del Plan Económico-financiero 2017-2018, de la que se ausentaron los concejales que este miércoles votarán abiertamente en contra, tras el cese de Sánchez Mato como concejal de Economía y Hacienda. También hubo división cuando se votó una proposición del PP que pedía la inmediata liberación de los presos políticos en Venezuela. En aquella ocasión fueron la alcaldesa, Manuela Carmena, y su mano derecha, Marta Higueras, las que se pronunciaron en contra de todo su grupo político.
En el pleno de enero de 2019, los seis concejales rebeldes se opusieron a que la talla de una virgen se quede en un parque de Valdebebas, y votaron en la misma línea que el PSOE, algo común en sus votos de protestas. Este miércoles toca Berrocales. Si la Operación Chamartín llega al pleno de abril, el último de la legislatura, se completará la implosión definitiva de Ahora Madrid. Para evitar estas escenas y las fricciones internas en el próximo mandato, Carmena entierra a este partido instrumental y se presenta con Más Madrid.
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