Las policías aprueban una técnica conjunta para retener a alterados

“Le habla la Policía. No se preocupe, estamos para ayudarle. Ahora...”, grita un agente distrayendo a una persona alterada y totalmente fuera de sí, antes de que cinco guardias urbanos se le vengan literalmente encima de forma entrenada y consigan inmovilizarle, colocarle un casco protector y trasladarle a una camilla donde los sanitarios del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) le suministrarán un calmante por vía intravenosa. Se trata del nuevo protocolo firmado ayer por Mossos d’Esquadra, Guardia Urbana de Barcelona, el SEM, el Consorcio Sanitario de Barcelona, Sociedad Catalana de Psiquiatría y Salud Mental y la Sociedad Catalana de Medicina de Urgencias y Emergencias para inmovilizar, sin riesgos, a aquellas personas que se encuentran en un episodio de agitación psicomotora agresiva ya sea por el consumo de sustancias o por un problema de carácter psiquiátrico, un delirio o una demencia.

El pasado 2018 el SEM atendió solo en la ciudad de Barcelona a 1.500 personas con agitación psicomotora. El jefe territorial de la institución médica, Jesús Cabañas, aseguraba ayer que se trata de una media de cuatro casos al día en 2018 en los que se requiere la actuación conjunta y coordinada del SEM y los cuerpos policiales.

Uno de los creadores del protocolo, el agente de la Guardia Urbana de Barcelona Gil García, afirmaba ayer que la contención de las personas se hará reduciendo al máximo el estrés y evitando tanto situaciones de “compresión torácica” como ahogos o estrangulaciones traqueales. “Ahora todos los agentes de la Urbana conocen la teoría y poco aprenderán la práctica”, destacó.

El objetivo que pretende las administraciones firmantes es una mayor coordinación entre servicios de emergencia y policiales para que todas las policías locales acaben utilizando este protocolo antes de 2020.