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La desaparición de dos narcos por un alijo llega a juicio nueve años después

Solo se hallaron pistas del secuestro de Bernardo Amil pero no de su socio José Antonio Pouso, 'Pelopincho'

Operación antidroga de la Guardia Civil.
Operación antidroga de la Guardia Civil.

El 19 de noviembre de 2010 desparecieron misteriosamente dos narcotraficantes, socios en un transporte de hachís que días antes acabó en el fondo del mar al encallar el barco en las costas de Portugal. La Guardia Civil y la Policía empezaron a atar cabos ante las denuncias de desaparición de José Antonio Pouso, Pelopincho, y su socio Bernardo Amil que habían presentado sus familiares.

En principio se barajó la hipótesis de que Pelopincho se hubiera fugado para evitar el macrojuicio por blanqueo que por aquellos días se celebraba en la Audiencia de Pontevedra pero enseguida se abrieron otras líneas de investigación, al identificar la policía a los cuatro hombres que supuestamente estuvieron directamente involucrados en la desaparición de José Bernardo Amil y que serán juzgados por ello este jueves.

La mujer de Amil fue testigo del posible secuestro y puso una denuncia. Días después, en Padrón, una joven brasileña, compañera sentimental de Pouso Rivas con el que tenía tres hijos, también denunció que “algo raro le había ocurrido” porque acostumbraba a despedirse de ella cuando se ausentaba de su casa y en esta ocasión no lo había hecho.

La testigo declaró que aquel día regresaba con su marido a casa, y cuando entraban con el coche en el garaje les estaba esperando Manuel Sineiro Fernández, alias Machucho, un conocido traficante de Ribadumia con el que Bernardo mantenía trato, según su mujer. Luego, ambos tuvieron una conversación y después su marido se fue en su coche con Sineiro, el mismo que encontró calcinado la Guardia Civil en un monte de los alrededores.

No hubo más noticias de Bernardo Amil desde que a las 14 horas del mismo día de su desaparición, su mujer logró mantener una breve conversación telefónica con él y este le dijo que regresaría a casa por la tarde. Tiempo después, la Policía pudo averiguar que detrás del coche donde iban Sineiro y Amil le seguían otros dos vehículos en los que viajaban varios hombres, entre ellos, José Manuel Fabeiro y Fernando Suárez Suárez, alias Pirata.

Los tres, junto a Manuel Sineiro, “se habían reunido el día anterior en un Hotel en Santiago de Compostela para preparar la captura y desaparición de José Bernardo Amil”, sostiene el fiscal antidroga de Pontevedra que les acusa de detención ilegal agravada y pide para cada uno 10 años de prisión.

Aunque el juicio se centra en el presunto secuestro de Amil, tres de los acusados (Sineiro, Fabeiro y Suárez) habían declarado en el juzgado de Cambados por la desaparición de Pelopincho hace ahora siete años, por lo que ambos casos están relacionados. Sin embargo no se obtuvo ningún indicio o testimonio para llevar el posible secuestro y asesinato del famoso narcotraficante a juicio.

Ante la juez de Cambados los tres guardaron silencio. Sineiro Fernández y Fernando Suárez estaban cumpliendo condenas por narcotráfico, mientras que José Luis Fabeiro tuvo que comparecer bajo una orden de busca y captura. La instructora tenía preparadas varias grabaciones de conversaciones telefónicas que fueron interceptadas por la Policía en el transcurso de esta investigación para que fueran escuchadas por los imputados. Una prueba que finalmente no pudo ser contrastada porque ninguno de los tres testigos quiso hablar sobre Pelopincho.

Pouso Rivas y Bernardo Amil Villaverde se conocieron en prisión y en 2010 organizaron el transporte de hachís con mafias marroquíes, las mismas que pudieron ordenar que los acusados tomaran represalias contra ellos por alguna deuda.

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