Un despido más en la crisis laboral de la Fundación Miró
Entre los ocho afectados por la regulación de empleo hay una mujer embarazada, a la que no se le renovará el contrato
Tras los seis despidos del lunes y la no renovación de una séptima persona, continúan las negociaciones entre la dirección de la Fundación Miró y el comité de empresa. Ayer trascendió que el martes se produjo un nuevo cese y que entre los ocho afectados hay una embarazada, que es a quien no se le ha renovado el contrato, algo las redes sociales lamentaban desde el punto de vista ético.
Frederic Amat, que con Perejaume es el único artista que forma parte del Patronato de la Fundación, aseguró que “todo despido es lamentable y aun más lo es la situación de precariedad que vive el sector, tanto las instituciones reconocidas como los artistas. La decisión no ha sido arbitraria. Desgraciadamente no hay un público catalán capaz de soportar la Fundación. Más del 75% de los visitantes son extranjeros y otro importante porcentaje son escuelas y ambos quieren ver a Miró, las exposiciones temporales son un añadido”, indicó a este diario Amat. Se refiere al millón de euros gastados para llevar la colección permanente a la planta baja, origen del déficit presupuestario que ha motivado los despidos. Según Amat, “recolocar la obra de Miró en el lugar que le destinó José Lluís Sert ha sido necesario y conveniente para darle el justo protagonismo”.
“La Miró otorga a la ciudad una singularidad inmensa. El problema es mucho más grave, la precariedad afecta todo el territorio del arte. La cultura debe ser apoyada por el público y las instituciones. Todo despido y todo desahucio es doloroso, vivimos en un momento de ignominia”, concluye.
Perejaume, por su parte, se sorprendió con la noticia. “Es cierto que hay un espíritu ético tras la obra de Miró y espero que esta situación sea transitoria”, dijo el artista, recordando que las huelgas de los trabajadores que cerraron en abril y en verano, la afectaron mucho.
El Asociación Catalana de Críticos de Arte (ACCA) difundió una nota en la que se solidariza con los afectados y pide reconsiderar su postura y hacer autocrítica respecto a “la mala gestión heredada”. El comunicado se suma a las decenas de post que han llenado las redes sociales. “Aceptamos como normales situaciones de extrema excepcionalidad. Las instituciones culturales no deberían aplicar los mecanismos del neoliberalismo para despedir a sus trabajadores. Debería ser una línea roja en las reivindicaciones de las asociaciones del sector”, afirma en su muro la artista Nora Ancarola, expresidenta de la Plataforma Asamblearia de Artistas de Cataluña.
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