La primera fase del parque de Glòries estará acabada en marzo

Frenesí. Es, literalmente, lo que hay en la plaza de las Glòries, en Barcelona, donde 370 operarios se afanan para terminar la primera fase de la plaza, el túnel para soterrar la Gran Via y la pacificación de la Meridiana. La mayor intensidad de los trabajos se produce en la plaza, el espacio llamado de la Clariana, que tiene que tiene estar listo a finales de marzo para que el actual gobierno municipal llegue a tiempo para inaugurarla antes de las elecciones. La fecha límite para presentarla en público es el día 1 de abril, 50 días antes de las elecciones. 

Aprovechando la extensión de las obras —y con un electoralismo que no se le escapa a nadie— el gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha instalado un enorme mirador justo en el centro, para que los vecinos de los tres distritos afectados por esta obra faraónica puedan verla de cerca. El espacio, con paneles explicativos y pavimentado con césped de plástico, es el sueño de cualquier jubilado al que le guste chafardear la evolución de una obra. Estará abierto al público todos los sábados y está ubicado justo en el centro de la plaza, por donde cruzan los peatones. 

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y el director general de Bimsa, Ángel Sánchez, aseguraron ayer que las tres obras que se están ejecutando van a tiempo. En el caso de La Clariana, ya se pueden ver el círculo central de una hectárea que será un parque con césped e imaginar lo que serán zonas de grandes toboganes, una rambla y espacios para perros y jóvenes.Sanz subrayó que “el Ayuntamiento está cumpliendo con su palabra” y presumió de que “en cinco años” el gobierno de la alcaldesa Ada Colau “habrá podido cumplir con el compromiso de Glòries”.

Lo que no tiene fecha de finalización es el conjunto de la plaza, que abarca 20.000 metros cuadrados: para acabar su transformación es necesario expropiar varias naves industriales y edificios de viviendas donde viven un centenar de vecinos. Y esta operación todavía no tiene fecha.

Fase compleja de las obras de los túneles

Respecto a los túneles (que Colau paralizó, rescindió el contrato y lo licitó de nuevo troceado en cinco lotes para evitar más retrasos y sobrecostes) entran en la fase más delicada. Se trata de excavar a una cota que llegará a 29 metros bajo tierra y por debajo de grandes infraestructuras, como un gran colector, los túneles del metro y el tren. Una compleja operación para la que ha sido necesario construir un puente (con pantallas laterales y una losa de tubos cimentados) para reforzar el firme de las actuales construcciones y poder excavar de forma más segura.

La zona se está auscultando permanentemente para detectar cualquier problema, explicó Ángel Sánchez. La obra se ha ejecutado en un 45%, precisaron sus responsables. Y la idea es abrirlos durante el primer semestre de 2021.

La tercera obra que se está ejecutando en la plaza es la pacificación del tramo de la avenida de la Meridiana entre la calle de València y la plaza. Una zona que está completamente patas arriba, porque comporta eliminar un carril de circulación y ensanchar aceras y el bulevar central.

Demasiado “optimismo”

Desde las asociaciones de vecinos del entorno de Glòries, los vecinos celebraron que después de tantos años de obras, podrán disfrutar de una parte de la plaza. Pero también reprocharon al Ayuntamiento que los equipamientos previstos sigan pendientes (todos salvo la guardería) y no hayan comenzado las obras de 238 pisos, que exigen que sean mayoritariamente de alquiler.

“No compartimos tanto optimismo”, afirmó Miquel Catasús de la asociación de vecinos del Clot-Camp de l’Arpa. Catasús y su homólogo en la entidad del barrio del Fort Pienc, Jordi Casanovas, desmintieron a la concejal Janet Sanz sobre el cumplimiento del Compromiso por Glòries. Sanz afirmó que los equipamientos que son responsabilidad del Ayuntamiento están “en marcha”, refiriéndose a que el planeamiento sí está aprobado.

Los representantes vecinales también recordaron su exigencia de que el tráfico de entrada por la Gran Via se reduzca antes de llegar a los túneles, que según el compromiso del Ayuntamiento solo tendrán tres carriles por lado: uno para transporte público y otro para coches.