Un estudio del RACE sitúa un vial de Lugo como el más peligroso de España
Los ocho primeros kilómetros de la N-642, en el norte de la provincia, encabezan la lista de carreteras españolas por su índice de riesgo
Galicia es la cuarta comunidad con mayor proporción de carreteras consideradas de riesgo elevado, con el 14,86%, según el XVI estudio EuroRAP. Además, la comunidad gallega cuenta con el tramo más peligroso de la red de carreteras del estado: los ocho primeros kilómetros de la N-642, en Lugo.
De 2.119,7 kilómetros analizados en Galicia por el estudio, que elabora el Real Automóvil Club de España (RACE), un total de 314,9 son considerados de riesgo elevado. Por provincias, los tramos de riesgo en 2018 según RACE en la comunidad gallega son los siguientes. En Lugo, siete: uno en la N-642 (desde el cruce con la N-640 hasta el cruce con la N-634 en Ribadeo), dos en la N-640 (del final de la zona urbana de Monterroso a la LP de Lugo a Pontevedra y del cruce con la N-540 al final de la zona urbana de Monterroso), otro en la N-540 (del principio de la zona urbana de A Barrela al cruce con la N-525 en Cambeo), otro en la N-640 (del principio de Pontenova al principio de Meira) y otros dos en la N-120 (del principio con el enlace de Quiroga al principio del enlace de A Pobra do Brollón y del enlace de Seguín al enlace de Penalva).
En A Coruña son cuatro los tramos de riesgo identificados: en la N-634 (de la LP de Lugo a A Coruña al principio de la zona urbana de Sesmonde), en la N-547 (principio de la zona urbana de Melide al final de la de Boente), en la N-550 (del cruce con la C-542 a Betanzos al final de Ordes) y en la N-6 (del principio de Oís al final de la variante de Betanzos).
En Ourense, el estudio de RACE recoge tres: dos en la N-541 (del principio de la zona urbana de Dacón al final de la zona urbana de A Almuzara y de Barbantes, cruce con la N-120, al principio de la zona urbana de Dacón) y uno en la N-120 (de A Rúa, cruce con la N-536 a Ponferrada, al principio del enlace de Quiroga).
Y por último en Pontevedra, figuran tres, uno en la N-541 (que va del principio de Sacos al cruce con la PO-224), otro en la N-640 (que va del final de Caldas a Vilagarcía de Arousa) y un último en la N-550 (del principio de Paredes al cruce con la N-552).
El informe especifica datos como el número de accidentes registrados en estos tramos de carretera, y sobresalen, precisamente, las cifras de estos dos últimos: en la N-640, en el tramo de Caldas a Vilagarcía, hubo 14 siniestros, con cuatro fallecidos y 19 heridos graves; mientras, en la N-550 de Paredes al cruce con la N-552 se contabilizaron 12 accidentes, dos muertos y 11 personas heridas de carácter grave.
Con todo, fue un tramo de la provincia de A Coruña, el que va hasta Sesmonde de la N-634, la que se anotó más fallecimientos: cinco, en siete accidentes y con tres heridos grave. Por su parte, en la N-550 del cruce a Betanzos a Ordes hubo tres muertes y tres heridos graves.
En cualquier caso, medido en índice de riesgo, los ocho kilómetros de la N-642 en Lugo son los que arrojan un valor más alto. Los siguientes mayores índices de riesgo en la comunidad son el de los apenas 12 kilómetros de la N-541 en Pontevedra y el de unos 11 kilómetros en la N-640 en Lugo.
En el conjunto estatal, Aragón es la autonomía que presenta una mayor proporción de carreteras consideradas de riesgo elevado, con el 35,07% de vías, seguida de Cataluña con el 16,03%, Asturias con el 15,61% y el 14,86% de Galicia. En el conjunto estatal, más de 3.000 kilómetros de la red tienen un riesgo elevado o muy elevado de accidente grave o mortal, lo que representa el 12,2% del total.
Presentado este lunes en Madrid por el RACC y en el que también participan la FIA, el Ministerio de Fomento, la DGT y las administraciones de Murcia, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, este dato supone un descenso de 2,2 puntos porcentuales respecto a la última edición del estudio.
El informe, que tiene en cuenta datos de los últimos tres años (2015-2017), identifica los tramos de carretera con mayor riesgo de accidentalidad grave o mortal en función de la cantidad de vehículos que circulan por ellos, así como los tramos con más concentración de accidentes.
Según el documento, el riesgo de accidentalidad ha disminuido por los datos de 2017, pues aumentó el tráfico pero al mismo tiempo disminuyó la mortalidad. No obstante, en el resto de red interurbana (titularidades autonómicas y diputaciones), las víctimas mortales aumentaron.
Por el contrario, más de 18.300 kilómetros tienen un riesgo bajo o muy bajo de siniestralidad grave o mortal, lo que representa el 73,8% del total. En este sentido, las autopistas son las vías más seguras, con un 65% de red con un índice de riesgo muy bajo, junto a las autovías (50% de riesgo muy bajo). Son las carreteras convencionales de calzada única las que cuentan con más puntos negros o rojos de accidentalidad, con un 22% de kilómetros.
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