Vuelven los payasos, sin nariz roja y un punto existenciales
Rhumans’, tercera entrega, más reflexiva, de la serie iniciada con el éxito ‘Rhum’, se instala en el Lliure para pasar las navidades
Vuelven los payasos de Rhum & cia., el grupo creado con el inolvidable y premiado espectáculo Rhum. Regresan para hacer temporada navideña en el Teatre Lliure (del 5 al 30 de diciembre) con Rhumans, tercera entrega de una especie de trilogía sobre el clown cuya segunda cita fue el también exitosísimo Rhümia, que muchos espectadores recordarán por haberse tenido que besar con el/la desconocido/a de al lado. El nuevo montaje —estrenado el pasado festival Grec— presenta sin embargo notables diferencias con respecto a los dos primeros. No está Jordi Martínez, convaleciente aún (volverá a la pista en febrero), al que sustituye Piero Steiner, y el director no es Martí Torras Mayneris sino Jordi Aspa, de Escarlata Circus (en el elenco vuelve a estar Mauro Paganini que ya reemplazó a Guillem Albà en Rhümia). Además, Rhumans(que juega con la palabra "humanos"), quiere ofrecer una reflexión más profunda sobre lo que significa ser payaso e incorpora diferentes opiniones sobre los clowns en una insólita encuesta a pie de calle que se incorpora al espectáculo como hilo conductor.
“Es la quinta temporada y la tercera entrega”, explicó Joan Arqué convertido en portavoz de los cinco payasos, no en balde él es el carablanca, en la presentación en el Lliure de Rhumans, con los clowns a pelo, de paisano, si es que ello es posible. “Este espectáculo es algo diferente, con otra poética, más melancólica; no hemos priorizado el gag, hacer reír. Aunque por supuesto que eso, reír, está en posición central, e incluimos números clásicos. Aquí hay más reflexión, ver qué pasa más allá de la risa. Esa idea del metapayaso o metaclown, el propio payaso reflexionando sobre hacer de payaso. La incorporación de Piero nos ha ayudado a ir en esa dirección, en” —apuntó jugando con las palabras— “un altre rhum. Hay algo más existencial pero sin dejar de ser payasos”.
El espectáculo, continuó Arqué, para el que esta vez se han quitado las narices rojas, quiere al mismo tiempo ser una reivindicación del oficio y homenajear a los payasos, grandes y pequeños, no solo los más famosos sino también los casi anónimos, payasos de hospital o de calle. “Un homenaje a todo el payasismo”. El artista destacó que hay mucho payaso joven hoy y dejó en el aire una frase notable: “El mundo está lleno de payasos”. Junto a Arqué, Roger Julià, en la pista el tierno y salvaje contraugusto Giuliani, asentía muy serio, aunque era difícil olvidarlo en su papel de desenfrenado y botarate bombero jugando provocadoramente con la manguera en Rhümia.
Según Joan Arqué, el cambio de director en esta tercera entrega se debe al “agotamiento mutuo" del anterior y los payasos. De hecho matizó que si Rhümia era consecuencia directa de Rhum, Rhumans no guarda esa conexión y el conjunto no debe verse en realidad como una trilogía. Julià intervino para apuntar que a lo mejor hacían más espectáculos y que entonces sería "una cinquiología”.
“Rhum era un claro homenaje a Monti, el verdadero culpable de que estemos aquí”, prosiguió Arqué; “Rhümia era más cabaretero, festivo, y en Rhumans hemos querido ir a otro lugar”. Steiner, que lucía una camisa que parecía del atrezzo, dijo que ha entrado en una compañía que vive un momento muy dulce, que ha tratado de adaptarse a su lenguaje y que considera que no sustituye en realidad a Martínez —”nadie podría”— sino que da algo diferente. “Vengo para aportar mi historia”, apuntó. Cuestionados los cinco clowns (Arqué, Julià, Steiner, Paganini y Pep Pascual) acerca de su oficio y si llevan el payaso dentro, se miraron unos a otros y se mostraron dubitativos. “Yo soy Arquetti”, reflexionó Arqué, creo que todos estamos en el filo entre payasos y actores. “Somos muy intensos”, aportó Julià. “El payaso es un medio de transportarte a lo largo de la vida que va creciendo y mutando”, añadió Arqué.
“Me gusta el de ‘It’ porque mata niños”
Arqué, que explicó que actuarán en el teatro de la Abadía de Madrid en mayo, fuera de las tradicionales fechas de Navidad ("lo que supone un reto"), se refirió a las entrevistas que se han hecho sobre el oficio de payaso y que aparecen en el espectáculo. "Hay de todo, la gente contestó a calzón quitado, sin filtro, van desde luego más allá del tópico". Preguntado en dichas entrevistas acerca de si le gustan los payasos, un niño contesta que sí, que sobre todo el célebre y malvado Pennywise, el de Itde Stephen King, "porque es un payaso que mata niños", que ya es respuesta.
Los payasos de Rhumans afirmaron haberse encontrado algún espectador con rasgos de coulrofobia, fobia a los payasos, aunque no, "de momento", casos extremos de miedo visceral con crisis de pánico, "que los hay".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.