_
_
_
_

“Me ponía el despertador a horas intempestivas, de madrugada, para ir a jugar”

La ludopatía acorta distancias con la cocaína en demanda de tratamiento por el auge del juego 'online'

Clientes y jugadores en una sala de apuestas deportivas.
Clientes y jugadores en una sala de apuestas deportivas. Santi Burgos

La expansión de las salas de juego y apuestas ha puesto en pie de guerra a ciudades como Madrid. A barrios enteros como el de Tetuán. Sus vecinos lamentan que las calles se hayan convertido en un “casino al aire libre”. El incremento exponencial de este tipo de negocios es generalizado. En la provincia de Castellón hay ya diez casas de apuestas. En 2013 había una. A ellas se suman las 781 máquinas y terminales de apuestas ubicadas en otros espacios como bares, bingos o recreativos, sin olvidar la facilidad de apostar hoy en día desde cualquier lugar con el dispositivo móvil, el ordenador o la tableta. Una lanzadera para la que se está convirtiendo en una de las adicciones más importantes del siglo XXI. Y que prevé hacerse más sólida si cabe: en 2017 se emitieron más de 2,7 millones de anuncios de juego online en todos los soportes en España, según la consultora InfoAdex.

Más información
Hacienda vigilará más el juego ‘online’
El juego en Internet se dispara en España después de su regularización
¿Eres adicto a Internet?

 “Lo veo perfecto y comparto totalmente esta reacción vecinal. Especialmente las quejas por la proximidad y cantidad de casas de apuestas que se están abriendo en muchos barrios. Estaría bien que las instalaran alejadas de los centros escolares, que se trasladaran fuera del casco urbano, a los polígonos industriales, por ejemplo. Además, habría que regular la cercanía entre ellas y limitar su accesibilidad de una forma real y eficaz”. Es Nacho. Prefiere no dar su apellido. Nació en Valencia hace 52 años y hace seis meses terminó su programa en la comunidad terapéutica de la fundación Patim en Castellón, tras cinco meses en tratamiento por su adicción al juego. Se inició en él a los 19 años. “Primero era una distracción, un pasatiempo. Pero hace cuatro años me desbordó por todos los lados: tensiones constantes con la familia, préstamos que no puedes devolver, problemas con la justicia. Lo que era algo ocasional se convierte en costumbre”, explica a EL PAÍS.

El juego invadió todas las esferas de la vida de este empleado del sector sanitario con 27 años de experiencia y dos hijos. “Me ponía el despertador a horas intempestivas, de madrugada, para ir a jugar. Por el miedo a que me viera la gente. Y sin ser muy consciente de lo que hacía comencé a jugar muchas más horas intentando recuperar el dinero perdido, pero al final siempre pierdes”, apunta.

La realidad del juego en España ha centrado una jornada reciente sobre adicciones en la era de internet celebrada en la Universitat Jaume I de Castellón, en la que los profesionales han mostrado su preocupación. Urgen la regulación del juego online pese a los 45.000 millones de euros que supone el sector para las arcas del Estado anualmente. Un 3,1% del PIB.

Son algunos de los datos y reflexiones extraídos de la sesión organizada por Patim y la sociedad científica Socidrogalcohol en la UJI. En ella se ha constatado que mientras las loterías y los bingos se mantienen estables, los casinos sufren un incremento del 7% y las apuestas registran una subida del 18’8%. Según la Dirección General de Ordenación del Juego (2015) entre un 3,5% y un 6,3% de las personas que juegan, tienen riesgo de padecer una enfermedad a lo largo de su vida. Entre 1,6 y 2,9 millones de personas en España.

Jornada de adicciones organizada en la UJI.
Jornada de adicciones organizada en la UJI.UJI

Según el informe de percepción del juego de la Universidad Carlos III, alrededor de 230.000 personas menores de 35 presentan un “alto riesgo” de adicción en España, y los jóvenes se inician cada vez antes en esta actividad.

En los últimos dos años el juego se ha convertido en la segunda causa por la que demandan tratamiento las personas atendidas por Patim y acorta las distancias respecto a los casos de cocaína. En 2017 representan el 26% del total. El 40% de quienes acuden a su recurso por adicciones sin sustancia presentan un problema con las tragaperras y el 33,3% con las apuestas. “El juego se está convirtiendo en la adicción más importante del siglo XXI, asumiendo el protagonismo que en su día tuvieron la heroína, después la cocaína, y más adelante tanto el alcohol y el cannabis, podemos hablar que existe una cuarta ola cuando nos referimos al juego y a las adicciones”, advierte el presidente de Patim, Francisco López y Segarra.

En Patim recaló Nacho en busca de ayuda. Cinco meses de tratamiento que completa ahora con una estancia en un piso de inserción que la asociación gestiona en Castellón.

El aumento de personas con problemas de adicción al juego ha hecho que los profesionales de las adicciones se muestren preocupados y reivindiquen, entre otras cosas, una regulación publicitaria efectiva y real: “El juego en menores incrementa la probabilidad de desarrollar una adicción en la edad adulta”, señala Francisco Pascual, presidente de Socidrogalcohol.

En 2017 se emitieron más de 2,7 millones de anuncios de juego online en todos los soportes, según la consultora InfoAdex. Además, hay evidencia científica de la asociación directa entre la exposición a la publicidad y la frecuencia e intensidad de juego en adolescentes. Existe un consenso entre profesionales y la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la capacidad adictiva que tiene el juego de apuestas. Sin embargo, y pese a toda esta evidencia, el negocio del juego no deja de crecer, ni tampoco la publicidad en los medios de comunicación en horarios infantiles. Los famosos y deportistas son los protagonistas que incitan a entrar y probar en los portales, que como gancho regalan una cantidad económica.

La misma crítica comparte Nacho. “La publicidad sobre el juego es muy agresiva. Continuamente podemos ver anuncios de personas populares que promocionan el juego, mandando mensajes que resultan engañosos. No se dan cuenta, o quizás sí, de que los jóvenes se fijan más en ellos porque los consideran un referente”, lamenta.

Indica también que las facilidades que ofrece el juego online “lo está cambiando todo. Ya no hace falta ir a ningún local para jugar, tienes el salón de juego en tu bolsillo, en tu móvil, y está abierto todo el día. Además, basta con tener el DNI de una persona mayor de edad o el número de la tarjeta de crédito de un familiar para seguir adelante. Y no faltan las empresas de créditos o microcréditos para que el problema crezca sin control”.

Para Nacho, “bastaría con poner en práctica de una manera efectiva las medidas que contempla la ley del juego para frenar el acceso de menores y el cumplimiento de la autoprohibición, un documento que firmamos de forma voluntaria las personas que decidimos que se nos impida el acceso a lugares donde se juega, pero hoy por hoy resulta poco efectivo”. E incidir en la educación. Informar “a los niños y adolescentes de los riesgos que supone el juego patológico. Hay que romper esa falsa sensación de que pueden ser unos expertos a la hora de realizar apuestas deportivas porque ven mucho deporte”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_