Las fisioterapeutas denuncian acoso en el trabajo
El 'hashtag' #MeTooFisio saca a la luz situaciones de discriminación que sufren estas profesionales en el trabajo
“Los ciclistas se quedaban en un hotel y, cuando acababan la carrera, los tratábamos. La última vez, uno de los chicos insistió mucho en que le mirara… destapándose y tapándose. Los ciclistas de por sí no llevaban ropa interior. Y yo pensaba: ‘quiero irme de aquí’. Aquello me superó, creí que no sería capaz de volver”. Quien habla es Irene, una fisioterapeuta de 32 años de Caldes de Malavella (Girona) que, como muchas de sus compañeras, fue víctima de acoso mientras hacía su trabajo. Hoy en día, Irene trabaja a puerta cerrada en su casa, tiene un timbre y ella misma va a abrir la puerta. “Es una forma de controlar el tipo de gente que recibo, no cualquiera entra en mi casa”, explica.
Fueron historias como esta las que llevaron a Bibiana Vega, una fisioterapeuta de 33 años de Galicia que lleva 11 ejerciendo, a dibujar unas viñetas con estas vivencias como pasatiempo y compartirlas en Twitter. Vega también pasó por una situación de acoso cuando, en un centro en Lugo, un paciente le pidió “que le tratara más cerca del calzoncillo” y acto seguido le pidió el número de teléfono. Ella, al igual que Irene, toma sus propias precauciones mientras trabaja: “cuando llegan las 21:00 y estoy sola en mi centro, tengo dicho que cierro, por si entra alguien. Vivimos con esa incertidumbre”.
Las viñetas de Vega en Twitter inspiraron a Berta, una fisioterapeuta que trabaja en Sevilla, a crear el hashtag #MeTooFisio. “Me sorprendió mucho porque llevaba varios meses inactiva en Twitter”, asegura, pero ahora admite que está “contenta por que la gente está respondiendo y se está visibilizando” la situación de las fisioterapeutas. Berta aclara que es algo que las acompaña desde el comienzo de sus carreras: “En fisioterapia se explican las cosas sobre los cuerpos de los demás y algunos profesores varones siempre hacían pasar al frente a las mismas chicas, las más guapas de la clase. Sobre todo cuando había que hacer alguna técnica cerca de zonas erotizadas, como el pecho, el culo, la ingle…”. Y durante sus prácticas, cuando se le insinuaba algún paciente, sus tutores “le reían la gracia”.
-¿Tendrás fuerza suficiente para descargarme la espalda?
— Leti Requena (@LetiRequena) October 24, 2018
-Con una chica tan guapa se me van todos los dolores.
- Pues para ser una chica tienes mucha fuerza..
- Prefiero que me trate tu compañeRO, controla más de lesiones en el fútbol
Y así..sucesivamente #MeTooFISIO #AsíTodo
“Se ha sexualizado nuestra profesión, se ha cosificado a las mujeres en muchos casos y eso ha hecho que se traspase una línea que no se tenía que haber traspasado nunca”, expresa Mònica Rodríguez, vicedecana del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña (CFC). El problema, detalla, no se encuentra solo en las situaciones de acoso, sino en el día a día, en situaciones de discriminación. Estas situaciones, explican las fisioterapeutas consultadas, pasan por pensar que las mujeres no pueden hacer ciertos tratamientos por no tener la fuerza suficiente, la clásica pregunta sobre el final feliz y trabajar junto a un compañero y que asuman que él es el jefe, a pesar de que, en Cataluña, el 65,7% de los fisioterapeutas son mujeres.
¿Por dónde pasa la solución a esta problemática? Irene admite: “No me había dado cuenta hasta ahora del problema, y porque tengo una hija he pensado: ‘mierda, pero si le pasa a mi hija... esto no lo toleraría en ella, ¿por qué lo voy a tolerar en mí?’. Para ella, la solución está en “desexualizar la profesión desde los medios” y educar a las fisioterapeutas y a la población. En lo segundo coinciden Bibiana Vega y Berta. “Lo ideal sería, desde los colegios, formar, hacer charlas, dar a conocer los problemas que tenemos, que nos protejan e informen un poco”, propone Vega. Y Berta añade: “Que los colegios profesionales pongan su maquinaria al servicio de la mujer acosada”.
Denuncias de otras profesionales sanitarias
Gracias a la gran repercusión del hashtag #MeTooFisio otros colectivos profesionales del ámbito de la sanidad se motivaron a denunciar las situaciones que viven en sus propios trabajos. Enfermeras, médicas y nutricionistas, bajo las etiquetas de #MeTooNurse, #MeTooDoc y #MeTooNutri, son ejemplos de profesiones que crearon su propio hashtag para poner el foco también sobre sus empleos y las malas actitudes de sus pacientes mientras trabajan.
El hashtag que creó Berta sirvió para dar visualización a un problema que estaba “silenciado”, según Rodríguez, vicedecana del CFC. Ella asegura que desde hace mucho hay un programa de asistencia para las fisioterapeutas: “Sepan esto: la asesoría jurídica estará a su mano siempre para poder discernir si es denunciable o si no. Si quieren denunciar y quieren que las acompañemos, las acompañaremos. Estamos aquí para lo que sea”, sentencia. Pero, “al menos en el tiempo que llevo yo, no hemos recibido denuncias”, lamenta. Es algo que contrasta con los miles de tuits de fisioterapeutas de toda España quejándose de acoso y discriminación mientras trabajan.
#MeTooFisio tuvo eco en la comunidad internacional, con usuarios de México, Reino Unido y otros países respondiendo a la iniciativa. Agradecida por la visualización generada por el hashtag, desde el colegio de fisioterapeutas de Cataluña, Rodríguez propone “crear una comisión de género para tratar todos estos temas, realizar campañas para sensibilizar a la población y establecer herramientas ágiles para que puedan denunciar”. Berta pretende aprovechar ese mismo impulso: “La verdad es que tiene muy buena pinta. A lo mejor nosotras no lo vivimos, pero la siguiente generación sí, y vive una igualdad mucho mayor y una tranquilidad dentro de todos los ámbitos de su vida, tanto en la calle como en su trabajo”.
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