Piden 22 años de cárcel para uno de los acusados por el asesinato a hachazos de un joven en Castellón

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón juzgará por jurado popular a finales del próximo mes de noviembre al acusado de asesinar a hachazos al joven de 24 años Maikel N.F. en Castellón el día de Reyes de 2017. El fiscal pide 22 años de cárcel para el procesado, mayor de edad. En el crimen intervinieron otros dos menores, que tenían 14 y 17 años en el momento de los hechos. Ambos fueron condenados en octubre de 2017 a penas de ocho y cinco años de internamiento por sendos delitos de asesinato y hurto, y a cinco y tres años de libertad vigilada cuando abandonen el centro.

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Según la calificación del fiscal, el asesinato, cometido en la vivienda de los padres de uno de los menores, fue “planificado” para saldar una deuda que mantenía uno de los adolescentes por un asunto de drogas con Maikel, y que éste venía reclamando desde tiempo atrás. Tras el asesinato, el cadáver del joven fue enterrado en un huerto de naranjos en el Camí d’En Riera, a las afueras de la capital de La Plana y próximo a la villa donde ocurrieron los hechos. Allí se localizó una semana después, tras un amplio dispositivo de búsqueda puesto en marcha por parte de la familia y el entorno más próximo a la víctima.

El juicio se prolongará durante cuatro sesiones, los días 23, 26, 27 y 28 de noviembre. Fiscalía pide para el acusado el pago de una indemnización total de 620.000 euros para la pareja sentimental de la víctima, sus dos hijos, sus padres y sus cinco hermanos.

En su calificación, el fiscal señala que acusado era “sabedor” del plan “plenamente asumido” de “dar muerte” a Maikel urdido por uno de los menores. El procesado y los ya condenados acordaron que lo llevarían la tarde del 6 de enero hasta la vivienda familiar de uno de los adolescentes, situada en un camino a las afueras de Castellón, aprovechando que los padres estaban de viaje. Allí “entre los tres lograrían acabar con su vida”, recoge el escrito.

Citaron a Maikel en la casa. Llegó a las 18.00 horas a la vivienda, “en donde fingieron un ambiente distendido, dado que consumieron alguna sustancia estupefaciente y algo de alcohol, lo que así hizo el acusado para conferir valor a lo que sabía que iba a suceder con posterioridad”. Condujeron a la víctima hasta el garaje, para que ésta buscara piezas de metal que posteriormente pudiera vender, saldando así la deuda que reclamaba. Fue entonces cuando el acusado cogió un hacha de pequeñas dimensiones que le dio previamente uno de los menores, y tras colocarse detrás de Maikel esperó a que le diera la espalda y se agachara para buscar los objetos para proferirle “un fuerte hachazo que impactó en la parte trasera de su cabeza”.

La víctima recibió doce golpes con el hacha, “heridas causadas todas ellas en vida” y que le produjeron la muerte tras “dos o tres minutos de dolorosa agonía”, apunta el fiscal. Tras el crimen el acusado, “movido por el ánimo de beneficiarse a costa de los bienes ajenos” y junto a los dos menores, registró el cadáver. Robaron a la víctima sus pertenencias y se las repartieron junto a las pequeñas piezas de hachís, alguna joya y 60 euros que portaba. La cuantía no superaba los 400 euros. Luego enterraron el cuerpo en un huerto de naranjos próximo a la casa.

El fiscal pide para el procesado una pena de 22 años de cárcel por un delito de asesinato y el pago de una multa de dos meses con una cuota diaria de 20 euros por un delito leve de hurto. En concepto de responsabilidad civil, reclama indemnizar a la familia directa de Maikel con un total de 620.000 euros: a la pareja sentimental de la víctima con 120.000 euros, a sus dos hijos con 130.000 euros a cada uno, a sus padres con un total de 140.000 euros y sus cinco hermanos con 20.000 euros a cada uno.