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“Madrid es una ciudad de terciopelos”

Ignacio Bañón acaba de inaugurar en el barrio de Tetuán un local donde se diseñan sofás a la carta

Aurora Intxausti
Ignacio Bañón, el martes en el estudio-taller del barrio madrileño de Tetuán.
Ignacio Bañón, el martes en el estudio-taller del barrio madrileño de Tetuán. Carlos Rosillo

Tres generaciones de la familia Bañón llevan desde 1945 moviéndose entre telas y maderas. Empezaron con una pequeña tapicería en el barrio de los Austrias y ahora acaban de inaugurar en el barrio de Tetuán Studio Bañón, un local al que se acercan interioristas y arquitectos de toda España. Acuden en busca de la calidad del oficio, la recuperación de muebles de época, telas entre los dos millones de referencias que figuran en sus estanterías y papeles. Fernando Bañón, el creador de la saga, empezó tapizando muebles siendo muy joven. “Era un hombre muy culto y muy castizo”, recuerda su hijo Ignacio. En una corrala en la calle Hermosilla, en la que vivía toda la familia, logró montar un taller de 12 metros cuadrados por el que transitaron todos sus hijos, aunque ninguno cobraba por su trabajo. Ignacio salía del instituto y después se iba al taller a aprender el oficio. En la actualidad, tres hermanos y un sobrino trabajan en la empresa.
¿Cómo es el gusto de los españoles en sus casas?
Depende mucho en la zona en la que vivan. Hay muchas diferencias: en las ciudades del norte son más exigentes, pasan más tiempo en las viviendas y apuestan por buenos materiales, en Cataluña les va mucho el diseño y en el Sur pasan mucho tiempo en la calle.
¿Y en Madrid?
Uff, varía muchísimo. Las zonas de mayor poder adquisitivo decoran de una manera muy distinta de las zonas más pobres. Hay que tener en cuenta que esta ciudad recibe gente de todos los puntos de España y el gusto es muy diverso. Lo que está cambiando bastante es la forma de venta. Ahora más que nunca se recurre a decoradores y uno no pierde el tiempo de ocio en ir de tienda en tienda buscando cosas para decorar el salón o una casa entera. La oferta es tan amplia que alguien que no tenga ni idea puede perderse.
¿Está agotado el comercio de ese tipo?
Creo que solo sobrevivirán las tiendas que se especialicen. Valoramos cada vez más nuestro tiempo de ocio y no queremos desaprovecharlo.
¿La crisis nos ha cambiado a los consumidores?
Mucho, antes no se vendían sofás se despachaban. En general, éramos bastante paletos a la hora de valorar las cosas y tener cierto gusto en la elección. Ahora las buenas piezas que uno tiene en su casa se reciclan y no se tiran como hacíamos hasta 2008. Nosotros hemos apostado siempre por el reciclaje porque los buenos sofás suelen estar hechos con excelentes maderas, crin animal, lino, muelles de hierro. Objetos que merece la pena recuperar y con la elección de una tela llegan a tener una vida diferente.
¿Qué tela va con esta ciudad?
El terciopelo. Para los meses de frío es estupendo y en verano no da calor. Tiene un envejecer bonito. Es un tejido que me gusta muchísimo. Además, es un material que lo encontramos en iglesias, teatros, cines. Hay una gran gama tanto de colores como de diseños.
¿Dónde las adquieran?
En Alemania, Francia, Inglaterra y España. En Italia hay buenos diseños pero las telas son muy caras y para un cliente muy elitista.
¿Cómo es el suyo?
Tenemos gente de 35 a 70 años, desde los que montan la primera casa hasta los que se aburren de más cambios. El abanico es amplio y diverso. Hay que tener en cuenta que nosotros somos capaces de hacer sofás a gusto del consumidor. Más ancho, más largo, más mullido o menos. El cliente nos pide la pieza, hacemos un dibujo personalizado y luego pasa al taller donde puede que la única máquina que utilicen sea la grapadora. Es un trabajo muy artesanal. No puedo competir en precio, porque hay sofás que no superan los 500 euros en grandes superficies, pero sí en calidad y exclusividad.
¿Cuánto cuesta un sofá en Studio Bañón?
Alrededor de 3.500 euros, pero no hay que olvidar que es hecho a gusto del cliente y que como ese no lo va encontrar igual porque está creado de manera artesanal.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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