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Efervescente ‘error’ musical

El sello discográfico Error 404-Music Not Found apuesta por lo artesano, por las letras y la cercanía

Ricardo Fernandez y Miguel Marcos en su estudio Error 404.
Ricardo Fernandez y Miguel Marcos en su estudio Error 404. Jaime Villanueva

El estudio de grabación y centro de mando de Error 404-Music Not Found se encuentra en Malasaña. Abre la puerta Miguel Marcos Fernández, cantante y cabeza de la formación Le Voyeur, pero enseguida aparece su socio, Ricardo Fernández. “La idea es crear un espacio nuevo. Hemos puesto la atención en los artesanos de canciones y no tanto en la figura del grupo indie de turno”, explican ambos. “Esto es consecuencia de la democratización de la música; de poder tener tu estudio en casa”, agregan. 

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Su pequeño estudio de grabación es blanco y radiante; lleno de guitarras, pianos y micrófonos. “Para nosotros, lo más importante es la canción, no la estética o los festivales”, añaden, “los discos son ficción. Son como una película: tienen un montaje, un proceso semiindustrial”. Ellos quieren ir al origen, a la verdad musical.

En la presentación de Error 404, el pasado 21 de septiembre en la sala Sol, se hizo palpable esa filosofía. Aunque los que tocaron en el concierto (Le Voyeur, León Impala, Conde y Adrián Costa & The Criers) tenían poco que ver entre sí, a todos los unía cierto hilo conductor: música experimental, letras ácidas cercanas a la poesía postmoderna, y el gusto por el espectáculo.

La sala Sol estaba abarrotada. “Todas las bandas que han empezado en el sello son producciones mías”, dice Marcos, que reconoce que “necesitaba encontrar un camino como productor para poner el foco en ellos, para que estos artistas vieran la luz”.

La selección de artistas con las que se presenta Error 404-Music Not Found no puede ser más ecléctica. En su nuevo trabajo, Le Voyeur no echa mano de la nostalgia: continúa su línea, pero se ha vuelto más accesible —más mainstream si se quiere—, incitando a moverse, a saltar, a pegarse a la primera fila. El estilo crooner de Conde lo acerca a un Nick Cave español con letras impactantes: “Su origen es la mítica banda ochentera Mosquitos”, apunta Marcos. Por su parte, León Impala es una especie de Bowie con las letras en castellano y Adrián Costa & The Criers, aparte del bluesman por excelencia en España, hace pensar en fronteras que se borran, en un artista siguiendo un camino creativo y dejando que lo lleve a donde quiera. 

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A la presentación del sello faltó David Loss, también dentro del mismo, “porque vive en Nueva York”, agregan los productores. La presentación del sello fue la primera piedra en este nuevo error musical, que con Madrid como centro de mando quiere ofrecer una experiencia artesanal en la música. Una propuesta alternativa y verdaderamente independiente, ajena a las modas y a las industrias. Error 404 transmite pasión. Además de lo artesano, la cohesión podría ser otra de las palabras que definen al sello, cuyas producciones irán viendo la luz poco a poco. Pero no se trata de una cohesión musical sino sobre todo de un discurso: en Error 404 se desarrolla un proceso creativo total, algo que lo diferencia del resto de sellos.“Esta es una idea dirigida a todas esas bandas que tengan mucho que decir en el plano de la industria actual y no encuentren cómo”, dicen los ideólogos. “No tenemos prisa”, apunta Miguel Marcos, “sobre todo, queremos cuidar mucho la calidad”.

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