Maria Carme Roca gana el Bertrana con la novela ‘El far’
Marc Rovira y Vicenç Villatoro logran el Palol de poesia y el Rahola de ensayo, en el marco de los Premios de Girona
Aunque a menudo idealizadas, la realidad es que las relaciones familiares no suelen ser fáciles, siempre marcadas por secretos. Ese contexto, y un antiguo viaje a la Illa de Buda (Tarragona) son las coordenadas de El far, la novela con la que Maria Carme Roca (Barcelona, 1955) ganó ayer los 30.000 euros del 51º Premio Prudenci Bertrana, cabeza de cartel de los premios literarios de Girona, que este año han recibido 198 obras, en una de las ediciones con mayor participación. El Bertrana ha recibido 72 obras frente las 61 del año anterior; el récord se lo ha llevado el Miquel de Palol de Poesía, con 92 originales, que en su 41ª edición ha recaído en Marc Rovira por Cap vespre. El veterano Vicenç Villatoro se ha llevado el Carles Rahola de ensayo con Massa foc, reflexiones sobre Maquiavelo extrapolables a la política actual catalana.
Roca, cuya bibliografía se ha centrado más en la novela histórica (El monestir proscrit, Barcino, L’enigma Colom, Intrigues de palau, que le valió el Néstor Luján...) ha optado por explorar ahora el ámbito familiar. “El libro habla de los orígenes de uno, de la fuerza del peso de la familia, que protege pero, a la vez, también puede ser un duro lastre”, afirmó la autora. Para ilustrar la tesis, Roca se apoya en Diana, de 40 años, que durante una celebración familiar, entre miradas, silencios y viejas fotos, sospecha que su madre no es quien parece. Por ello buceará en los orígenes familiares en la Illa de Buda, donde descubrirá la relación de aquélla con su tío y otros pasajes secretos de la familia, cuya historia va unida a la isla y a su faro. Un faro metálico, el más alto del mundo cuando se construyó en 1864, y que en la Navidad de 1961 sucumbió ante el mar.
Negar y afirmar es también el hilo conductor del poemario con el que Rovira (Barcelona, 1989) se llevó los 2.400 euros del 41º Miquel de Palol de poesía. Cap vespre es un título “en el que se está negando alguna cosa, y al mismo tiempo se afirma, mostrando la dualidad de la palabra”, indicó. El sentido de la vida o el sexo como medio de comunicación, discursos que se centran en la grieta que existe entre el lenguaje y la realidad, “nos preguntamos si el lenguaje intenta referirse a la realidad o si la vacía”, apunta.
Villatoro (Terrassa, 1957) ha vuelto a los premios literarios de Girona (ganó el Bertrana en 2001) por el 39º Carles Rahola de ensayo (6.000 euros). “Massa foc, aparentemente, trata sobre política en la Florencia del XV, pero en el fondo es sobre política siempre y en todas partes y especialmente ahora y aquí”. Sitúa su origen hace 20 años a raíz de la pregunta de por qué en la Florencia de los Medici, liberal, culta y rica, surgieron formas de entender el mundo y la política tan contrapuestas como las de Savonarola y Maquiavelo.
El cartel de los galardones se completó con el 33º Ramon Muntaner de literatura juvenil (6.000 euros), que fue para El noi de paper, de Jordi Folk (Reus, 1961), que habla, de manera mágica, del amor por la lectura e invita a no perder la imaginación a partir de la historia de un viejo matrimonio de libreros al que les nace un hijo de papel. “Es un homenaje a los libros en papel, a su olor y un canto a la libertad de hacer y decir lo que se quiere”.
El premio a la letra a la mejor canción recayó en No volem més cops, de Judit Nedderman, que denuncia la represión policial y critica a los políticos. El nuevo galardón a la mejor experiencia didáctica de enseñanza de la literatura catalana fue para un proyecto de videopoesía en secundaria de Anna Riera (Barcelona, 1985). lGrup 62 editará los libros antes de enero.
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