El Port de la Selva contrata una desaladora para frenar la salinización del agua
Si no llueve al municipio le quedan 10 días de agua apta para consumo
Si no diluvia u ocurre un milagro, al municipio del Port de la Selva (Alt Empordà) le quedan apenas 10 días de agua apta para el consumo. Este pequeño municipio que multiplica por 15 sus 1.000 habitantes en agosto, vive una "situación excepcional" y pasa por la peor sequía de los últimos 30 años. Por ello, el Ayuntamiento se ha visto obligado, para garantizar el agua de uso de boca, a contratar una desaladora móvil para tratar el agua del acuífero propio que se espera que llegue a finales de semana procedente de Inglaterra. Ante la sequía acumulada, el agua que suministra al municipio, obtenida exclusivamente del acuífero, ha aumentado el nivel de sal (cloruros) llegando a 700 mg/l. Si llegara a 800 mg/l debería comunicarse al Departamento de Salud porque dejaría de ser apta para beber o cocinar. Desde Salud concretan que no existe ningún riesgo si se bebe esporádica o accidentalmente.
A parte de la desaladora contratada a la única empresa que han localizado que gestiona desaladoras móviles, Veolia, deberán aplicarse medidas de ahorro y aprovechamiento eficiente del agua y cumplir estrictamente las prohibiciones del uso de agua suministrada a través de la red municipal establecidas mediante el decreto de alcaldía del pasado noviembre –que sigue vigente–, como usar este agua para llenar piscinas, regar jardines o campos, limpiar espacios públicos, vehículos o hacer cualquier uso no doméstico.
En situaciones de pluviometría normal (la media de las últimas décadas se sitúa en los 650 mm/año) y si la riera llega una vez al mar no existen problemas graves de suministro, más allá de sufrir una salinización del agua después del verano, hasta las lluvias de otoño, pero nunca se acostumbra a superar el umbral de los 250 mg/l, y se mantiene en los parámetros normales. Sin embargo la media de los últimos tres años ha estado por debajo de los 500 mm (495mm en 2015, 476 mm en 2016 y 411mm en 2017).
Hace meses que el Consistorio trabaja para poder conectarse a la red de la Costa Brava Norte para afrontar con las mejores garantías posibles el suministro de agua. Pero la complejidad del proyecto requiere actuaciones en otros lugares. Según el alcalde, Josep Maria Cervera, todos los agentes implicados trabajan para que sea una realidad en 2019. Cervera tiene claro que "si podemos complementar el agua de nuestro acuífero con una parte de la del pantano de Darnius-Boadella podremos continuar regenerando agua, garantizar un suministro de calidad y cerrar el círculo".
El Port de la Selva es un de los pocos pueblos de la Costa Mediterránea que en el siglo XXI todavía se abastece solo de agua de su propio acuífero. Este hecho es muy valorado porque indica la sostenibilidad del municipio, que ha tenido un crecimiento proporcional a sus recursos hídricos y que hasta ahora no ha generado ningún déficit a ninguna otra cuenca.
Desde otoño de 2015 hasta la primavera de 2017 se pudo infiltrar agua regenerada garantizando su calidad a pesar del déficit de lluvia. Este proceso tuvo que detenerse el verano pasado porque el agua ya presentaba un índice de sal muy elevado que no se puede eliminar con el tratamiento que hacen para la reutilización.
Ante esta situación, el Ayuntamiento, con el apoyo de la Agencia Catalana del Agua (ACA), del Consorcio de la Costa Brava y de SOREA, ha adoptado las medidas excepcionales necesarias para garantizar el agua para beber o cocinar este verano. El consumo habitual en julio es de alrededor de 1’8 millones de litros al día, que ascienden a 2 o 2’5 millones en agosto.
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