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Plan para atajar la mortalidad de los motoristas

La Generalitat impulsa una inversión de 1,7 millones de euros para mejorar la seguridad de nueve carreteras

Marc Rovira
Dos motos en la Arrabassada, en Barcelona.
Dos motos en la Arrabassada, en Barcelona.carles ribas

La hemorragia de motoristas fallecidos en accidente de tráfico es persistente. Hasta comienzos de junio son 18 las personas que han perdido la vida este año en las carreteras catalanas. Un dato que confirma la tendencia alcista que vienen mostrando los registros de siniestralidad. Buscando contener la progresión, el Departamento de Territorio de la Generalitat impulsa una inversión de 1,7 millones de euros para aumentar las medidas de seguridad en nueve carreteras que han sido identificadas como puntos negros.

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A lo largo del año pasado fueron 45 los motoristas muertos en Cataluña. La fría estadística arrojó un alarmante incremento interanual del 32% del número de fallecidos. Las muertes de personas que viajan al volante de turismos o vehículos pesados se han ido reduciendo en los últimos tiempos pero, en cambio, la vulnerabilidad atosiga a las dos ruedas. Según el RACC, en casi la mitad de los accidentes con víctimas graves o mortales en los últimos tres años había un motorista (en el 95% de los casos, un hombre), la mayoría de entre 40 y 60 años. “Y en realidad, los motoristas no suponen ni el 5% de los kilómetros recorridos. Es un problema muy grande”, valoraba Lluís Puerto, director técnico del RACC, hace unos meses en declaraciones a EL PAÍS.

Según los datos del Servei Català del Trànsit (SCT), hay tramos de la red viaria que sufren una alta concentración de accidentes. Es el caso de la carretera C-31, que enlaza Barcelona con la Costa Brava y con la Costa Daurada. En su tramo sur, dirección Sitges a través de la sinuosa carretera de las costas del Garraf, es ruta habitual de los moteros. Hasta seis de ellos perdieron la vida en la C-31 en 2017. En lo que llevamos de año, la misma carretera ya se ha cobrado tres víctimas.

Las carreteras sobre las que se actúa

BP-1417

(carretera de la Arrabassada)

BP-1503

(carretera de Rubí a Terrassa)

BV-2115

(carretera de Vilanova i la Geltrú a l'Arboç)

C-14

(carretera de Salou a Reus y la Selva del Camp)

C-59

(carretera de Palau-solità i Plegamans a Caldes de Montbui)

C-246a

(Vilanova i la Geltrú)

C-462

(carretera de Solsona al embalse de la Llosa de Cavall)

GI-682

(carretera de Palafolls a Lloret de Mar y a Tossa de Mar)

Los motoristas, así como los ciclistas, denuncian que las carreteras no son lo bastante seguras para ellos. Más allá de la convivencia inseparable con coches y camiones, los usuarios de las dos ruedas señalan la amenaza que entraña un elemento que, supuestamente, está instalado como mecanismo de protección: el guardarraíl.

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Son numerosas las iniciativas y movilizaciones que hay en marcha para pedir vallas más seguras. En la plataforma Change.org de internet, la campaña Guardarraíles Asesinos suma casi 140.000 firmas.

El diseño de estos protectores supone un riesgo para los moteros que, al caer, pueden sufrir graves cortes con los filos metálicos o, directamente, padecer graves lesiones si impactan contra las macizas viguetas de soporte.

El Departamento de Territorio ha anunciado la licitación de los trabajos para instalar elementos de seguridad para motoristas en nueve carreteras catalanas. Las tareas consistirán en la implantación de “pantallas de protección” en los guardarraíles existentes. Se trata, básicamente, de colocar unos faldones debajo del guardarraíl para amortiguar la posible colisión. En conjunto, se actuará en más de 26 kilómetros de barreras.

Asimismo, también se incluyen actuaciones como la mejora de sistemas de drenaje, la eliminación de posibles obstáculos cercanos a la calzada, las mejoras de la señalización vertical y horizontal o la formación de elementos reductores de velocidad. Territorio pone de relieve que las carreteras sobre las cuales se actúa se han determinado “a partir de un análisis de la accidentalidad en que se han visto implicadas motocicletas o ciclomotores durante los últimos cinco años”.

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