Los vecinos se movilizan para salvar la ‘playa’ de L’Eixample
El Ayuntamiento cierra la piscina para niños de los jardines Torre de les Aigües por quejas de ruido
Casi 400 personas han firmado a favor de salvar la llamada playa de L'Eixample, la piscina para niños ubicada en los jardines Torre de les Aigües de Barcelona. Abierta desde 1987 y de titularidad pública, el Ayuntamiento ha decidido cerrar este equipamiento después de las quejas de ruido de "algunos vecinos", según han detallado fuentes municipales. El Consistorio ha decidido no renovar la concesión del espacio tras comprobar el verano pasado que se superaban los 65 decibelios máximos de ruido —que puede emitir, por ejemplo, un aspirador— provenientes de un espacio público como el parque que alberga la piscina, de 60 centímetros de profundidad máxima. La decisión ha indignado a los usuarios del equipamiento, la mayoría madres y padres. Han iniciado una recogida de firmas en Change.org para intentar que el Ejecutivo de Ada Colau revoque el cierre.
Este martes por la tarde los jardines eran un oasis de tranquilidad en medio de una Eixample estresada por el ir y venir de coches. Una chica practicaba una coreografía, un grupo de adolescentes fumaba y una señora miraba su móvil sentada en un banco. "Es la primera vez que entro", contaba. Griselda y en Rubén, con sus gemelas de 18 meses, estaban sobre la arena. Habían ido a ver cómo era la piscina con la intención de ir con las niñas en verano. "Debe de retumbar pero ya te digo yo que mis vecinas hacen mucho más ruido", decía Griselda después de conocer y lamentar que la piscina no volverá a funcionar.
Fuentes del Ayuntamiento alegan que la normativa sobre ruido es "cada vez más exigente" y que no existía cuando se puso en marcha la piscina. La decisión de cerrarla estaba tomada después de las medidas sonométricas registradas el año pasado y se ha materializado con la no renovación de la concesión a la Asociación Deportiva de L'Eixample. Esta entidad se encargaba de tener el agua limpia y de la gestión del espacio con monitores y socorristas. La piscina tenía un aforo de 375 personas y entrar costaba 1,55 euros. Abría de finales de junio a principios de septiembre, de 10 a 20 h.
La escuela infantil Grans Somnis está ubicada en la manzana de casas que limita los jardines donde está la piscina, entre Roger de Llúria, Bruc, Consell de Cent y Diputació. Su directora, Mari Carmen Catalán, lamenta la clausura del espacio. "En julio vamos con los niños dos veces por semana", explica, al mismo tiempo que detalla que es un "punto de encuentro" para los padres y madres del barrio. "A nosotros también nos llega el ruido pero es de niños, es alegre", añade. Catalán comenta que algunos vecinos también se han quejado del ruido del patio de la escuela, ubicado en una terraza en el mismo interior de manzana donde está la piscina.
Iñaki es el portero desde hace siete años del número 58 de la calle Roger de Llúria, el edificio que está junto a la entrada del parque, en el número 56. "Últimamente estaba masificado pero los vecinos también iban", explica. Asimismo, reconoce que no ha recibido quejas en especial por parte de los habitantes de la finca.
"Es un espacio realmente único. A diferencia de la playa, tiene sombra, bancos y baños, así como una piscina poco profunda que es segura para niños y niñas pequeños/as", afirman los promotores de la campaña a Change.org, que destacan también la importancia de la céntrica ubicación del equipamiento. Lamentan también que la "decisión se haya tomado sin consulta pública" y que el Ayuntamiento no haya estudiado opciones alternativas como restringir el horario o avisar a los usuarios sobre los niveles de ruido de una piscina que este año no cambiará su aspecto invernal de balsa dentro de un parque.
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