No fue por la nariz de payaso
La juez archiva la causa contra el concejal de ERC Jordi Pesarrodona por un delito de odio y resistencia grave a la autoridad
El concejal de ERC y payaso de profesión Jordi Pesarrodona no fue imputado por un delito de odio por llevar una nariz de payaso y apostarse durante varias horas al lado de un guardia civil, en los registros en la sede de Gobernación de la Generalitat el 20 de septiembre. Los agentes le acusaron de este delito por su "actuación pública, incitando directamente a la hostilidad contra los agentes" y "alentando mediante discurso a las masas congregadas a la desobediencia activa" el 1 de octubre, en Sant Joan de Vilatorrada, donde es regidor de cultura, según recoge el atestado policial.
La titular del juzgado de instrucción 2 de Manresa ha archivado provisionalmente la causa, así que el concejal no es responsable de delito de odio. Tampoco lo es del delito de resistencia grave a la autoridad, del que también le acusaban el 1 de octubre, por no permitir el paso a los agentes en el colegio. La magistrada considera, tras escuchar el lunes en declaración a un teniente de la Guardia Civil, que "no hay elementos suficientes para entender acreditados" ambos delitos.
El caso de Pesarrodona ha sido utilizado por algunos sectores independentistas, que han asegurado que el concejal se enfrentaba a un delito de odio por llevar la nariz de payaso. "Todo el apoyo a Jordi Pesarrodona hoy que declara por un delito de odio por haberse plantado al lado de un policía con una nariz de payaso. El humor también nos hará libres, defendemos nuestros derechos", tuiteó Òmnium Cultural. La entidad incluso ha puesto en marcha una campaña, bajo el lema "Demà pots ser tu" (mañana puedes ser tu), con la imagen de Pesarrodona con la nariz de payaso. "Una nariz de payaso: delito de odio", tuiteó la periodista y escritora Pilar Rahola sobre el tema.
Tot el suport a Jordi Pessarodona (@Pesacapsada) avui que declara al jutjat per un delicte d'odi per haver-se plantat al costat d'un policia amb un nas de pallasso. El humor també ens fa lliures, defensem els nostres drets! #DemàPotsSerTu pic.twitter.com/srXijVDzqV
— Òmnium Cultural (@omnium) April 23, 2018
Un nas de pallasso: delicte d’odi
— Pilar Rahola (@RaholaOficial) April 14, 2018
Líders democràtic: colpistes
Tall de carretera: terrorisme
Baralla de matinada: 50 anys de presó
I n’hi ha q diuen q Espanya encara és una democràcia.
#FAQSaravacaTV3
Su abogado, David Casellas, admite que en ningún momento la Guardia Civil se refiere a la nariz de payaso de Pesarrodona en el atestado en el que le acusa de los de delitos de odio y de resistencia grave a la autoridad. El escrito únicamente recoge unas palabras que supuestamente dijo el concejal en el colegio Juncadella el 1 de octubre: "El material que hay es democrático y electoral, entregado por el Gobierno de la Generalitat, elegido democráticamente por ley y por leyes catalanas a las cuales nos debemos obediencia total, lo entregó en el Gobierno y vamos a seguir las órdenes del gobierno, hoy es la fiesta nacional de la democracia y vamos a seguir con nuestras indicaciones".
El propio teniente de la Guardia Civil negó que Pesarrodona se resistiese a la autoridad o insultase a los agentes en su declaración el lunes ante la jueza que instruía el caso. Aunque el guardia sí admitió que sabían quién era Pesarrodona por su actuación del 20 de septiembre, cuando se apostó con la nariz de payaso. Y tachó la imagen, que se hizo viral, como una señal de "desprecio" o "mofa", hacia el cuerpo, asegura Casellas. El teniente también reconoció que sabían que se encontrarían con Pesarrodona en la escuela por las labores previas de vigilancia. "Si no hubiese habido la foto con la nariz de payaso quizá no hubiese pasado todo lo demás", concluye el abogado de Pesarrodona, que no llegó a declarar ante la juez porque suspendió el trámite tras escuchar al guardia civil.
Por otra parte, el juzgado ha archivado también la denuncia contra el jefe de Seguridad Ciudadana de la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Manresa, acusado de un delito de desobediencia. El teniente de la Guardia Civil aseguró que "el modo y el tono" no le pareció "correcto entre compañeros". Pero la magistrada sostiene que de ello no puede "inferirse la comisión del delito".
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