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La Zarzuela no quiere ser Real

Los trabajadores temen que la fusión de ambos teatros merme sus condiciones laborales, mientras el Ministerio de Educación y Cultura afirma garantizarlas

Concentración de los trabajadores del Teatro de la Zarzuela contra la fusión con el Teatro Real.
Concentración de los trabajadores del Teatro de la Zarzuela contra la fusión con el Teatro Real.víctor sainz

Se abre el telón y, de repente, el escenario se desploma bajo sus pies. Es la sensación que tienen muchos de los 220 trabajadores del Teatro de la Zarzuela desde que EL PAÍS adelantó hace un mes que el centro será absorbido por el Teatro Real. Se oponen a la fusión porque “abre la puerta a la privatización”, afirman, y “empeora” las condiciones laborales. Un portavoz del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), que gestiona la Zarzuela, explica sin embargo que con la creación de una fundación “ningún trabajador verá afectados sus derechos ni su salario”.

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“Formamos parte del INAEM porque aprobamos una oposición. Solo queremos mantener nuestros derechos”, insiste una técnica de la Zarzuela con 20 años de experiencia. Entre esos derechos destaca el dinero extra que perciben por antigüedad y algunos días más de vacaciones al año. La mujer explica que los técnicos de la Zarzuela realizan jornadas de 7,5 horas y que cobran 14 pagas con un salario bruto de 1.800 euros más trienios. En el Teatro Real las condiciones son muy similares, pero solo reciben 12 sueldos y trabajan ocho horas.

Si hay un sector que se siente especialmente amenazado en la Zarzuela es el del coro, con 45 componentes. “Veo el proceso con mucha preocupación. No nos pueden reubicar porque en el Real no hay coro. Allí subcontratan a los cantantes, que trabajan en un régimen de ‘esclavitud”, revela Daniel Huerta, tenor del coro de la Zarzuela desde 2011 por oposición. Unas condiciones que confirma José Alberto García. Este tenor fue contratado en 2010 por Intermezzo, la empresa que subcontrata el coro del Teatro Real. “Nos hacían contratos anuales para presionar y nos amenazaron en caso de hacer elecciones sindicales”. Las realizaron y García salió elegido por CGT. Cuando expiró su contrato, en agosto de 2015, la compañía no lo renovó. Le pasó lo mismo a otra compañera.

El espacio se ha convertido en un quebradero de cabeza para el INAEM

Los despedidos de Intermezzo llevaron el caso a los tribunales y, tras dos años fuera, el Tribunal Supremo obligó a la empresa a readmitirlos y a convertir a todo el coro en trabajadores indefinidos. Cobran 1.800 euros brutos al mes, como sus colegas de la Zarzuela, aunque estos disponen de otra partida extra según su antigüedad. Las diferencias son más evidentes en el día a día. Los integrantes del coro del Real realizan ensayos vocales de seis horas, lo que para Huerta supone una “barbaridad” porque esta práctica puede causar lesiones graves. Por el contrario, el coro de la Zarzuela canta dos horas como máximo y otras dos horas las dedican a ejercicios escénicos.

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“Los empleados temporales están enloquecidos”, señala Javier Figueroa, de UGT. En su opinión la fusión acabaría con la bolsa de trabajo de la Zarzuela ya que “en el Real se contrata a dedo”. Rubén Nogués, maquinista en la Zarzuela, lleva encadenando contratos desde 2000. “Para los eventuales la fusión significa quedarnos en la calle”, admite Nogués, que trabaja siete horas y media al día por las ocho de sus colegas del Real, que cobran de media 300 euros más al mes. Y añade: “Los turnos son diferentes: en el Real los tienen cerrados y nosotros trabajamos de mañana, de tarde o en horario de función”.

Comisiones Obreras sostiene que en dos años se podrá externalizar empleo

Externalizar servicios

En los últimos años la Zarzuela ha sido un quebradero de cabeza para el INAEM por sus convenios laborales y su falta de flexibilidad para abordar proyectos y giras. En algunos círculos se ha instalado la idea de que sus empleados gozan de privilegios, algo que niega Figueroa, de UGT: “Hay unas buenas condiciones por estar bajo el paraguas de la Administración”. Paolo Pinamonti, que dirigió la Zarzuela entre 2011 y 2015, sostiene que se trata de un modelo de gestión “diferente”. Descarta hablar de la fusión porque desconoce “los problemas laborales específicos” que entraña, pero recomienda “verla como una oportunidad, no como una amenaza”.

Un portavoz del INAEM relata que el Ministerio de Educación y Cultura, su responsable, garantiza que “el personal (de la Zarzuela) se incorporará como propio en la fundación y que se respetarán los derechos que tuvieran en el momento de su integración”. Una evaluación preliminar del proyecto en septiembre señala que su creación responde a “objetivos múltiples”, entre ellos la “optimización de la plantilla”. El documento indica que el nuevo ente contaría con 466 empleados (288 del Real y 178 de la Zarzuela) y cifra su coste en 25 millones de euros al año. Jesús Álvarez, de CCOO, difiere:“Cuando el 51% del presupuesto de la nueva fundación provenga del capital privado, que sucederá en el segundo año, se podrán externalizar servicios y los trabajadores perderán sus derechos, como ya pasó en el Real”.

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