Fin al maltrato profesional en atención primaria: ahora o nunca
Nos encontramos en un momento crítico que exige medidas urgentes para evitar el colapso del sistema
Es público y notorio que la situación de los profesionales de atención primaria (AP, médic@s de familia y pediatras) se ha ido deteriorando en los últimos años, especialmente a raíz de los recortes en prestaciones sanitarias, al tiempo que se incrementan las demandas (tanto en términos asistenciales como burocráticos). En estos momentos, y sin caer en un injustificado alarmismo, hemos sobrepasado la situación de deterioro y nos encontramos en un momento crítico que exige medidas urgentes para evitar el colapso del sistema.
En Cataluña, la situación comenzó a empeorar en el año 2009, a raíz de unos recortes presupuestarios en los que la atención primaria salió muy mal parada. Se calcula que la AP en Cataluña ha perdido hasta un 25% del presupuesto en diez años y casi 1.000 médicos en este tiempo. En 2017, el presupuesto destinado a AP fue sólo del 16%. Las menguadas partidas económicas, además, no se destinan de forma prioritaria a los médicos que soportan la mayor sobrecarga asistencial, sino que es muy notable la inversión en recursos materiales y humanos dedicados, exclusivamente, a tareas burocráticas o de gestión. Motivo por el cual no se invierte en la asistencia al paciente, mermando aún más la calidad asistencial y perjudicando principalmente al usuario a través de la sobrecarga del profesional médico.
Como consecuencia de todo lo anterior, los médicos de familia pueden llegar a ver a entre 40 y 60 pacientes al día y la saturación de agendas acaba provocando que las listas de espera sean superiores a los 15-20 días e incluso mayor en muchos casos, algo inadmisible dada la necesidad de una buena y pronta accesibilidad a los médicos de atención primaria. Los cupos en pediatría superan los 1.200 ó 1.500 pacientes, además de que es habitual que el médico de familia acabe haciendo de pediatra por no disponer de suficientes especialistas pediátricos. En algunos territorios, con el fin de garantizar la adecuada asistencia, a los médicos menores de 50 años les obligan a realizar guardias de 24 horas sin libranza. Todo ello implica que los pacientes sean atendidos por médicos que acumulan más de 19 horas de trabajo sin descanso, incrementando el riesgo a cometer errores médicos por parte del galeno.
Como consecuencia del desequilibrio entre recursos precarios y altas demandas, las tasas de profesionales agotados por el sistema se han disparado en los últimos años. Se estima que al menos el 40% de los profesionales de primaria están en riesgo de Burnout. Más allá del malestar emocional y el perjuicio personal, la desmotivación y el desgaste acaban provocando absentismo laboral o un incremento de las bajas temporales y, en conjunto, el deterioro de la calidad asistencial. Actualmente tenemos que sumar a todo esto un gran número de jubilaciones que no están siendo cubiertas y que de cara al futuro esta situación empeorará si no se actúa, dado que no se prevé recambio de médicos acorde al número de jubilaciones.
Por todo lo anterior, l@s médic@s de Atención Primaria de toda Cataluña exigimos que los principales responsables de revertir esta situación se pongan de inmediato manos a la obra. Pero si hacen caso omiso, anunciamos movilizaciones como huelga indefinida para reclamar el fin de una larga historia de maltrato profesional que puede acabar con llevarse por delante la mínima calidad exigible a la atención primaria que ofrecemos a l@s ciudadan@s.
Enric Corbera Alonso es médico de familia en el CAP Ocata-Teià (Metropolitana Nord Maresme).
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