Las artistas aumentan su visibilidad en Barcelona
Varias muestras intentan subsanar la habitual escasa presencia de mujeres en la programación
Puede que hayan sido las críticas cada vez más insistentes o la incesante presión social o quizás sea sólo una feliz coincidencia. Sea como sea la escasa presencia de mujeres artistas en la programación de las instituciones públicas y privadas de Barcelona, parece dar un vuelco –aunque sea temporal– gracias a un conjunto de muestras, que intentan subsanar esta lamentable falta. El proyecto más impactante lo firma Laia Abril (Barcelona, 1986) en Homesession, un espacio privado dedicado a las residencias artísticas, que modifica su fórmula de eventos efímeros, para acoger hasta el próximo domingo Feminicides 2017SPA, una instalación que recoge la memoria de las mujeres asesinadas en España en el último año por motivos directamente relacionados con su sexo.
Se trata de la primera entrega de un trabajo sobre el genocidio de mujeres en el mundo, que se enmarca en Una historia de la misoginia, una investigación visual y conceptual de la condición femenina a través de comparaciones entre pasado y presente. “Cada capitulo de Feminicides se centrará en el país que lo acoge, el ultimo año y el numero de víctimas. En España en 2017 han sido 49, porque oficialmente se contabilizan sólo las que han sido asesinadas por un familiar, sino serían el doble”, explica Abril, indicando que a raíz de la muerte de Diana Quer, el Consejo General del Poder Judicial ha anunciado que extenderá el concepto de violencia de género a todos los asesinados machistas. “El concepto de feminicidio ni siquiera está contemplado en el Código Penal español”, lamenta Abril.
La instalación, escueta y minimalista, sin concesiones al dolor y la auto conmiseración, consiste en una proyección en blanco y negro de los ojos de las víctimas, una tras otra. No hay banda sonora, sólo el ruido del viejo proyector que resuena como un disparo en la oscuridad de la sala. “El próximo capítulo lo quiero hacer en México. Allí necesitaré no uno sino 15 proyectores, tantas son las mujeres asesinadas”, indica Abril, que concibe el conjunto de instalaciones como un monumento que perpetúe la memoria de estas muertes.
Además de poder presumir de un programa expositivo con una presencia correcta de creadoras, La Virreina Centro de la Imagen ha dado inicio a Microhistorias de la diáspora desde la experiencia femenina, un proyecto de investigación que se plasma en diversas sesiones públicas, repartidas a lo largo del año. La iniciativa, comisariada por Tania Adam, quiere construir un espacio de reelaboración y cuestionamiento del relato histórico y social hegemónico, dando voz a mujeres discriminadas también por su raza y país de procedencia. El programa, que se inauguró con la socióloga especialista en identidad étnica Avtar Brah, se clausurará con la cineasta británica Pratibha Parmar, cuyas obras revelan la cara oculta del neoliberalismo y los nuevos racismos.
También las galerías parecen responder a la reivindicación de las artistas. Hasta el 30 de junio Palmadotze presenta AIL/EBS, un proyecto site specific de Mariona Moncunill (Tarragona, 1984) protagonizado por los árboles protegidos de la zona de Santa Margarida i els Monjos. El proyecto, cuyo título es el acrónimo de Arboles de Interés Local/Especímenes Botánicos Singulares, explora la idea de naturaleza a partir de su patrimonialización y de la gestión de su valor simbólico, a través de una instalación documental, vídeos y collages fotográficos. El Museo Europeo de Arte Moderno exhibe hasta el 29 de abril las obras de 26 pintoras y 12 escultoras figurativas, reunidas en Mujeres Artistas Hoy. “Nunca hemos juzgado una obra de arte por el sexo de su autor, esto es lo mejor que se está haciendo en el campo de la figuración en España”, asegura el director del MEAM, José Manuel Infiesta. La selección incluye una obra inédita de Lita Cabellut, cedida especialmente para esta ocasión.
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