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Condenado a 15 años de cárcel por violar durante seis a la hija menor de su pareja

La niña, que se suicidó en 2017, sufrió agresiones sexuales desde los 10 años

Alumnas de un instituto de Madrid.
Alumnas de un instituto de Madrid. Kike Para

La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a quince años de prisión a un hombre por violar durante seis años a la hija menor de su pareja sentimental. La niña, que se suicidó en 2017, fue agredida sexualmente por el novio de su madre de manera reiterada en el domicilio familiar y en una casa de campo propiedad del procesado desde 2007, cuando la menor tenía 10 años. Los abusos y violaciones se sucedieron hasta que en 2013 la víctima denunció los hechos, según considera probado la sentencia hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

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El fallo explica que dado que la madre de la menor trabajaba por las tardes y aprovechando la confianza del acusado con la víctima tras varios años de relación sentimental con su progenitora, era habitual que el ahora condenado fuera a recoger a la niña a la salida del colegio. También que la llevara a la academia o a la alquería de su propiedad a jugar con los perros al terminar las clases. Fue en esta casa de campo, y en el domicilio donde residía la menor, donde el hombre, “con propósito de satisfacción sexual” y en ausencia de la madre, cometió los abusos y agresiones. En numerosas ocasiones tocamientos y besos, obligándole también a hacerle felaciones. Las agresiones continuaron “de forma progresiva”. En una ocasión el hombre llegó a atar a la niña a la cama con cuerdas y esposas de velcro para obligarle a mantener relaciones sexuales con él. Siempre bajo amenaza de causarle mal “a la propia menor” o de matar a su madre o contarle que la niña se portaba mal en el colegio, recoge la sentencia.

La última vez que se produjeron estos hechos fue el 6 de junio de 2013, cuando el procesado fue a casa de la menor con la excusa de hablar sobre un contrato de teléfono, y una vez allí volvió a realizarle tocamientos, tras lo cual ella decidió denunciar lo ocurrido. Entre las pruebas testificales recogidas figura la de la agente de la Policía Nacional que recibió la denuncia de la niña, que ratificó el nerviosismo y el miedo que ésta tenía en el momento de presentar la querella. La menor le explicó que los abusos sufridos empezaron con tocamientos y acabaron con agresiones de extrema violencia como penetraciones anales. Le indicó que temía por su vida y la de su madre, dado que el ahora condenado tenía armas porque era cazador.

Como consecuencia de estos hechos, la menor presentaba trastorno por estrés postraumático crónico con ideación autolítica (intentos autolesivos o pensamientos suicidas). Se quitó la vida el 16 de enero de 2017.

El fallo recoge que los hechos son constitutivos de un delito continuado de agresión sexual a una menor, con acceso carnal y prevalimiento. Condena al acusado a una pena de quince años de prisión, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena y la medida de libertad vigilada por tiempo de diez años. Como responsabilidad civil deberá indemnizar a la madre de la víctima con 40.000 euros.

Los quince años de prisión es la pena máxima solicitada por las dos acusaciones por el delito cometido al apreciar “numerosos elementos reveladores de elevada gravedad”, entre los que citan la corta edad de la niña -10 años cuando se iniciaron los hechos-, la prolongada duración de las agresiones –entre 5 y 6 años-, el modo de proceder con la joven, “a la que ataba y esposaba, intimidaba y amenazaba”, así como el marco familiar en el que se suceden los hechos. A ellos suman “las tremendas consecuencias en los estudios, la vida familiar y el desarrollo de la niña, que sufrió síndrome postraumático crónico con ideación suicida”.

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