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De la tertulia al salón de plenos

El filósofo Jordi Graupera reta al independentismo a participar en unas primarias abiertas para armar una candidatura unitaria y plural

Clara Blanchar
Jordi Graupera durante su conferencia en el teatro Victòria.
Jordi Graupera durante su conferencia en el teatro Victòria.Joan Sánchez

La capacidad del independentismo para idear eventos, imágenes, condicionar relatos políticos o inventar fórmulas electorales que parecían impensables es ilimitada. Y ha viajado desde el otro lado del charco a sacudir las elecciones municipales. Nada menos que en Barcelona. Cuando ERC ya tiene candidato, Alfred Bosch; la del PDeCAT será probablemente Neus Munté; y la CUP dice que el cabeza de lista es lo de menos, ha irrumpido desde Nueva York el filósofo y tertuliano Jordi Graupera dispuesto a presentarse a una candidatura unitaria del soberanismo que, dice, se decidirá en unas primarias abiertas. Que agrupe al independentismo pero también su pluralidad y recoja el espíritu del 1 de octubre. Porque, sostiene, solo el independentismo cree que Barcelona es capital, la marca de su propuesta. Una idea que pone patas arriba la política municipal cuando ERC se ve ganadora de las elecciones concurriendo en solitario y en el PDeCAT están divididos entre quienes defienden aprovechar los comicios para asentar la nueva marca y quienes apuestan por repetir el experimento de Carles Puigdemont con una candidatura bajo la marca Junts per Barcelona.

Oratoria made in USA. La seguridad para plantarse, solo, en un escenario ante 1.300 personas de todas las edades (y repetir la charla porque otras tantas se quedaron en la calle). Y para afirmar, entre entregados aplausos, que el día del referéndum “se produjo una ruptura entre la política institucional y de partido y la gente”.

Cautela en los partidos

Las dos primeras filas las llenaron un variado plantel de independentistas pero ningún alto cargo de ERC o del PDeCAT acudió al acto, lo que da cuenta de la cautela que impone la propuesta de Jordi Graupera. Sí acudieron la plana mayor de Demòcrates; y activistas como Anna Arqué o Uriel Bertran; ex altos cargos de la Generalitat (Joan Maria Piqué o Jaume Clotet); el diputado del PDeCAT, Quim Torra o el tertuliano Bernat Dedéu.

Graupera sostuvo ayer por la tarde en el teatro Victòria que en Nueva York (donde ha ejercido de profesor y ha cursado un postdoctorado) se ha dado cuenta de que en Barcelona, hasta ahora, “para que te vaya bien y para tener poder debes renunciar a algo, a ser tu mismo, cuando en las ciudades libres la manera de tener éxito es afirmar quien eres”. Reconoció que siempre ha tenido vocación política, pero que nunca ha aceptado las ofertas que ha recibido porque “intuía que entrar en política era renunciar”.

En cambio, afirmó, “cuando hacemos las cosas en las que creemos hemos hecho cosas grandes, como un referéndum, y ni la policía antidisturbios ha podido pararnos”. Graupera aseguró que “Barcelona está en una encrucijada, lo tiene todo para que la vaya bien” y que la batalla que se está librando “no es local sino global”.

Ahí van algunas afirmaciones más. “Estas elecciones no van solo de de recogida de basura, ordenanza de terrazas, tranvía o del precio del alquiler”. “Barcelona debe ser la vanguardia”. “Tenemos que decidir si la queremos fuerte y lúcida o callada y ambigua para no molestar”.

Todo para recordar que en la ciudad gana quien tiene un voto más que el segundo. “Por ello Colau es alcaldesa con menos votos de los que lograba CiU cuando sacaba menos que Maragall”. 170.000, recordó. Y en cambio, el independentismo sacó entorno al medio millón de personas a la calle a votar en la consulta del 9N o el referéndum de octubre. Y concluir que “en las próximas elecciones, si el soberanismo se presenta junto, gobernará el Ayuntamiento porque cualquier otra alternativa pasaría por un pacto entre los comunes y Ciutadans”. “No nos podemos permitir que Colau gobierne cuatro años más, ni el catalanismo que nos ha llevado hasta aquí, ni Ciutadans”.

Graupera no eludió la crisis que atraviesa el independentismo y admitió que “las relaciones entre los dos bloques no son las mejores que han tenido”. Pero, aseguró, “la buena noticia es que las relaciones entre los votantes son mejores que nunca”. Por ello ayer mismo lanzó una recogida de firmas con la idea de presentarlas a los partidos y “forzarles” a unirse. Y aseguró que para representar a todo el mundo, quien saque más de un 15% de los votos tendrá un puesto en la lista electoral. “¿Qué candidato no quisiera tener toda la fuerza del soberanismo detrás?”, preguntó para anunciar: “Yo me quiero presentar y las quiero ganar”.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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