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Desaparece un hombre de una residencia privada de Moralzarzal

La Comunidad de Madrid ordenó hace semanas el cierre del centro “por incumplir las medidas de vigilancia y cuidados”

Plaza de la Constitución de Moralzarzal.
Plaza de la Constitución de Moralzarzal.J. G. Treceño

La Guardia Civil busca a un hombre desaparecido desde este domingo por la tarde en Moralzarzal. Ramón, de 66 años, aprovechó la salida de una visita para, en un descuido, dejar la residencia privada Sierra Kanaima, donde vive desde hace un mes. Ha sido una trabajadora del centro la que ha avisado de que el hombre no había regresado a dormir. La Comunidad de Madrid ordenó el 9 de marzo el cierre de la residencia a final de mes por “incumplir las medidas de vigilancia y cuidado”, por las que ha recibido 19 sanciones económicas en los últimos años por valor de 285.000 euros.

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En el momento de su desaparición Ramón vestía un pantalón de pana de color marrón y una cazadora de tonos azulados. El hombre, de complexión fuerte, mide 1,52 metros, tiene el pelo canoso y aunque es válido por sí mismo, tiene serios problemas de salud. Una trabajadora que prefiere mantener el anonimato lo describe como una persona “abierta”. Asegura que se encuentra en un buen estado cognitivo, por lo que podía salir del centro siempre y cuando tuviese permiso, pero que en esta ocasión no lo tenía.

“Se ha llevado su documentación, pero ha dejado su ropa y sus medicinas”, insiste la mujer. Una portavoz de la Guardia Civil destaca que el hombre se encuentra en la residencia por voluntad propia, por lo que se podría haber ausentado de la misma manera. De hecho, el caso no ha sido denunciado. “Me he limitado a contar lo que sucede. La denuncia le corresponde a la dueña”, se queja una de las empleadas. Son ocho en total, que asisten a los 23 ancianos que residen en el centro. Pagan entre 1.070 y 1.700 euros por la estancia en este chalé situado en la calle de Juncarejo. El periódico local Aquí en la Sierra informa que su dueña, Isabel Violeta O.B., está inhabilitada desde 2010, tras el cierre por infracciones graves en la residencia de mayores que dirigía en Aravaca.

Condiciones “horribles”

Ramón, que no tiene hijos, no lleva teléfono móvil en el que localizarle. Había manifestado en diferentes ocasiones su intención de dejar la residencia. Su cuidadora no sabe adónde ha podido ir, ya que el hombre “no tiene contacto con su familia”. Las empleadas también denuncian las condiciones de los internos. “Son horribles. No tenemos ni pañales”, afirma una de ellas. La Administración regional ordenó el 9 de marzo el cierre total de la residencia durante un año por “incumplir las medidas de vigilancia y cuidado”, entre otros motivos. El centro tiene un mes para presentar el recurso, un paso que aún no ha ejercido. Una vez que se determine el cierre, los familiares dispondrán de tres meses para buscar otra residencia a los usuarios.

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