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Reciclando el Mobile

Una fundación reutiliza todo el mobiliario y el material que los expositores del MWC abandonan tras el congreso

Alfonso L. Congostrina
Varios operarios cargando un camión con mobiliario donado en el MWC.
Varios operarios cargando un camión con mobiliario donado en el MWC.Juan Barbosa

Barcelona lo volvió a hacer y, un año más, el Mobile World Congress (MWC) supero la cifra psicológica de los 100.000 visitantes (107.000, según la patronal GSMA que organiza el congreso mundial de telefonía móvil). El evento acabó el pasado jueves y ayer las inmediaciones de la Fira de Barcelona eran un ir y venir de operarios desmontando stands.

Cascos y chalecos reflectantes marcaban el paisaje de un mar de tabiques de quita y pon a punto de desaparecer. Entre los operarios, este año destacaban más de una treintena de personas en riesgo de exclusión social miembros de la entidad Formació i Treball. La fundación inserta laboralmente a personas en riesgo de llegar a un punto de no retorno y gestiona además ropa, muebles y otros equipamientos del hogar para familias vulnerables.

Treinta personas con una única misión: recoger el mobiliario, material de construcción o equipo tecnológico que algunos de los expositores prefieren abandonar o no recoger tras la celebración del congreso. Enric Falcó, jefe de servicios de Formació i Treball, recordaba ayer como en 2016 fueron por primera vez a la feria y detectaron la cantidad de material que los estands abandonaban directamente. Ese año, GSMA creo la iniciativa Donation Room con la que a los expositores se les da la posibilidad de donar el material que transcurrido el congreso no van a utilizar. “El año pasado 35 personas llenamos ocho camiones que realizaron 42 viajes a nuestros almacenes. En total recogimos 19,3 toneladas en materiales de la construcción y 13,2 en muebles”, recuerda Falcó. La entidad trabaja con la colaboración de los Ayuntamientos de Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat. Tras recoger las toneladas de materiales se trasladan hasta cinco puntos en ambas ciudades y, desde allí, a decenas de entidades y a familias necesitadas. “No sólo son muebles, también llevamos plantas a pisos que necesitan dignificarse”, informaba ayer una voluntaria.

Agustí Colom, el concejal de Empresa, Turismo, Comercio y Mercados del Consistorio de Barcelona, alabó ayer la iniciativa: “Este es un proyecto de economía circular. Se consigue dar utilidad a materiales a los que solo se les iba a dar un uso. Lo que genera múltiples beneficios como la menor emisión de CO2, que se beneficien aquellas personas que tienen menos recursos y que se de una doble vida a diversos utensilios”.

Vasos, lámparas, cuadros, armarios, sillas, mostradores, sofás, cortinas, mantas moquetas, taquillas… poco a poco van llenando camiones y camiones. Los destinos son diversos: desde una parroquia que ayuda a familias en situación de exclusión o a bancos de recursos de ONGs o hasta a la federación de entidades de las fiestas mayores de Sants. “El año pasado incluso se aprovechó la moqueta en las fiestas de Sants y este año pasará lo mismo en las de Gràcia”, aseguraba ayer Falcó.

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