Dos años exiliados por un asesinato
El acusado de matar a un joven de los Baltasares niega los hechos. Su clan sigue desterrado de La Mina
“Lo dije porque me lo dijo mi abogado”, repitió este martes Luis Cortés, de 23 años, acusado de clavar una navaja, de unos 18 centímetros de largo y tres de ancho, en el torso de Daniel Ugal, el 24 de enero de 2016, en la discoteca Nirvana del Port Olímpic. Las imágenes de las inmediaciones del local, en las que parece que se guarda algo en el cinto, y en las que se reconoció cuando declaró ante la policía, este martes le resultaban ajenas. “Nunca me he visto en una situación como la de ahora. Si mi abogado me dice que diga eso, pues yo lo digo”, repitió, ante las preguntas de la fiscal, que insistía en la contradicción. “¿Qué le podía aportar de bueno a usted decir que era el de la imagen si no era usted?”, presionó la representante del ministerio público. Pero no tuvo mucho éxito. Cortés respondió a la mayoría de las preguntas con un “no lo sé” o “no lo recuerdo”.
El asesinato de Daniel Ugal, de 28 años, miembro de la familia de los Baltasares, un clan poderoso (“Todos los gitanos los conocen”, aseguró este martes otro acusado), a manos presuntamente de jóvenes de los Peludos provocó un éxodo de medio millar de personas en el barrio de la Mina, en Sant Adrià de Besòs. Los Peludos siguen exiliados, aseguran fuentes policiales, por temor a la venganza de los Baltasares. Preguntado por si ambas familias se llevaban bien, Cortés fue taxativo: “Ni bien, ni mal. Cada uno en su lado”.
El juicio por el asesinato de Ugal, que empezó este martes en la Audiencia de Barcelona, se llevó a cabo con considerables medidas de seguridad. Una decena de mossos vigilaban que no hubiese ningún incidente en la sala. Solo asistieron al juicio familiares de los acusados, pero la policía catalana temía que también se presentasen allegados de la víctima.
Además de Cortés, en el banquillo se sentaron Gabriel Reyes, de 26 años, y José Manuel Vargas, de 21. La fiscal pide 22 años de cárcel para Cortés acusado de asesinar a Ugal, y cinco para los otros dos, por herirle. El ministerio público aplica el agravante de indefensión: la víctima estaba sola y tenía una tasa de alcohol en sangre de 2,88 gramos por litro que le impidió defenderse.
Los jóvenes de los Peludos estaban celebrando el cumpleaños de Vargas, acusado de romperle un vaso en la cara a Ugal. Algo que también negó. “Estaba bailando con una chica”, dijo, luego vio una estampida y salió corriendo. Tampoco se reconoció en las imágenes. Reyes es el único que admitió que se peleó con Ugal. Ambos, “hace cinco o seis años”, ya tuvieron un encontronazo. “Le dimos una torta”, contó Reyes, como posible caldo de cultivo que desató la pelea. Según su relato, Ugal estaba en la discoteca en “actitud agresiva”. “Me dijo maricón, se metió con mi familia y se cagó en mis muertos. Eso para los gitanos es muy grave”, explicó. Por lo que le soltó un puñetazo en la cara. Luego dijo ver volar vasos, y salió corriendo de allí.
Al acabar la sesión, los Mossos procuraron que los Peludos saliesen sin problemas. “¡Fuerza!”, gritó un de ellos a Cortés, el único que está en prisión preventiva desde que la policía le detuvo en Bilbao, adonde huyó de que la madre de la víctima jurase venganza en una entrevista en El Periódico. Diversas fuentes coinciden en que el asesinato fue fruto de una pelea sin más.
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