El fiscal pide 30 años de cárcel para un monitor por abusar sexualmente de tres niños
El acusado iba de independiente en el número 12 de la candidatura de ERC para las elecciones municipales
La Audiencia de Girona ha juzgado este jueves a Albert S.F., de 29 años, acusado de haber agredido sexualmente a dos hermanos de cinco y nueve años de Llívia (la Cerdanya) y de haber abusado de un tercero de tres años. Los hechos habrían sucedido en 2015, cuando el acusado daba clases de repaso en casa de los dos hermanos y hacía de canguro del otro niño. El educador se anunciaba en Internet e iba por las escuelas como especialista en niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En ese momento, además, figuraba como independiente en el número 12 de la lista de ERC en las elecciones municipales en Puigcerdà.
El fiscal ha solicitado para el acusado seis años de cárcel por los abusos sexuales que sufrió el menor de los niños, y 12 más por los delitos de abuso sexual y agresión sexual con introducción de objeto por vía anal a menor de 13 años que sufrió cada uno de los otros dos hermanos, en total, 30 años. Todo ello con el agravante de abuso de confianza. Por su parte la defensa ha pedido la absolución y alternativamente, si se consideran probados los hechos, que se aprecien los atenuantes de reparación del daño, porque ingresa 100 euros cada mes –de los 250 que cobra en prisión– para hacer frente a la indemnización, alteración psíquica y dilaciones indebidas.
Las agresiones a los dos hermanos tuvieron lugar la tarde del 8 de mayo de 2015. Los padres trabajaban y pidieron a Albert S. que se quedara de canguro. La madre de los niños ha explicado ante el tribunal de la sección tercera de la Audiencia que cuando llegó a casa vio que algo no iba bien porque sus hijos estaban en silencio y sentados en el sofá. Entonces el mayor le dijo: “Albert nos ha hecho un masaje en el pito”. Al ver el cariz que tomaba lo que contaba el niño, la madre se fue a denunciarlo a los Mossos d’Esquadra. Allí contaron que “les había introducido un palo azul por el ano, que había puesto una crema en el pito de su hermano y le había dicho que se lo dejara chupar, que tenía sabor a plátano”. También explicaron que les había puesto un vídeo “para adultos” y les había dicho “que no pasaba nada, que podían mirar, que “así se hacían los bebés”. Les dijo que no dijeran nada a su madre.
Los Mossos lo detuvieron, abrieron una investigación y le encontraron fotos de menores desnudos, pornografía infantil y entradas a una web de adultos que se sentían atraídos por menores. A raíz de esta denuncia, también lo denunció otra familia para la que el acusado trabajaba como canguro. La alarma saltó cuando el niño de tres años le preguntó al padre: “¿Verdad que chupar la tita está mal hecho?”, refiriéndose a Albert.
El acusado, que en la instrucción no solo reconoció los hechos sino que incluso dijo “haber sentido deseo” mientras lo hacía, en el juicio solo ha querido contestar a su defensa y ha afirmado que decidió aceptar su culpabilidad porque “confiaba en la Fiscalía”, que le había dicho “que si reconocía los hechos le pedirían la pena mínima 8 años y no 16”, y que él no sabía cómo actuar.
Según un perito de la defensa, el acusado sufre un “trastorno de la personalidad” que le provoca una disminución de la capacidad de la voluntad, lo que le impide controlar su impulsividad. Según él, Albert S. no se siente atraído sexualmente por los niños, sino que en el entorno de menores se siente más cómodo.
Las psicólogas que examinaron a los menores han calificado de “creíbles” los relatos de los niños y han atribuido a su corta edad y al paso del tiempo el que pudieran hacer variaciones en su relato. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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