Un exdiputado de Ciudadanos volverá a la política tras ser absuelto de fraude fiscal
Jordi Cañas, que llegó a ser mano derecha de Albert Rivera, dimitió en 2014 por una factura falsa
Jordi Cañas tiene intención de volver de entre los muertos de la política, del lugar del que casi nadie regresa. "Quiero retomar la política. Quiero demostrar que puede hacerse, y espero tener una oportunidad", explica el exdiputado de Ciudadanos en el Parlamento catalán minutos después de conocer, de viva voz, que será absuelto del delito de fraude fiscal por el que estaba acusado. Cañas está satisfecho por la decisión judicial, pero no puede evitar sentirse molesto por el tiempo perdido. En abril de 2014, dimitió de su cargo tras ser imputado. Su trayectoria política -entonces era uno de los hombres de confianza de Albert Rivera, cuando Ciudadanos contaba solo tres diputados en el Parlament- quedó truncada. Quizás para siempre.
Cañas, que sin embargo no ha dejado de estar cerca de la política -desde hace tres años es asesor de Ciudadanos en el Parlamento Europeo- se ha sentado este miércoles en el banquillo de los acusados. La Abogacía del Estado, que defiende los intereses de Hacienda, pedía dos años y medio de cárcel para él por un delito de fraude fiscal que se remonta a 2005. Según su tesis, Cañas facilitó con una factura falsa que un conglomerado empresarial dirigido por quien entonces era su cuñado, José Luis Arias, defraudara más de 429.000 euros a Hacienda en el impuesto de sociedades.
El exdiputado y otros ocho acusados han sido absueltos. El único que será condenado, de hecho, es Arias. Ha confesado el delito y ha asumido que, pese a que amigos y familiares ocupaban cargos de responsabilidad en las empresas del grupo, él lo dispuso todo. "Yo tomaba todas las decisiones", ha explicado el empresario, que será condenado a una pena de entre seis meses (como pide la defensa) y un año de cárcel (como pide la fiscalía) en función de si se tienen en cuenta uno o más atenuantes.
La abogada del Estado ha preguntado a Arias por la factura que ha sumergido a Cañas en el proceso judicial. En 2005, el exdiputado administraba junto a su mujer la promotora Servei Inmobiliari SL, que compartía sede social con las empresas de su cuñado en un despacho de Barcelona. Cañas dejó en manos del Grupo Corbelia las tareas de gestión y administración de la sociedad. Ese año, Servei Inmobiliari pagó una factura de 100.050 euros a una de las empresas por unos supuestos servicios.
Esos servicios, sin embargo, no se prestaron. La factura es falsa. Lo ha reconocido el propio Arias que, sin embargo, ha exculpado al exdiputado. "¿Informó a Cañas?", le ha preguntado la abogada del Estado. "No, no llevaban ningún tipo de control", ha contestado. En su declaración ante la juez, Cañas ha asegurado que conoció la factura "a raíz del procedimiento judicial" abierto en 2011. "Entendía que eran servicios que se habían prestado (...) Una empresa recibe múltiples facturas. Si después el servicio no ha existido, pues parece que no se ajusta..."
Carrera truncada
A la vista de la confesión de Arias, la fiscalía y la Abogacía del Estado han pedido la absolución del resto de los acusados. La fiscalía ni siquiera acusaba a Cañas inicialmente y, de hecho, desde el inicio del procedimiento había pedido que fuera exculpado. La historia empezó en 2011, cuando la Agencia Tributaria llevó a la fiscalía los indicios de delito del Grupo Corbelia. Cañas era entonces uno de los tres diputados de Ciudadanos en el Parlament, junto a Albert Rivera y Carmen de Rivera. Con su estilo duro, Cañas se convirtió en el azote del nacionalismo y de la corrupción de Convergència.
Repitió en las elecciones de 2012, y fue nombrado portavoz parlamentario. Pero la Abogacía del Estado siguió adelante con la causa y, finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) le citó a declarar como imputado por su condición de aforado. Esos meses de deliberación, por cierto, han servido ahora a su excuñado para lograr una atenuante por dilaciones indebidas que le ha permitido rebajar la petición de pena. Nada más ser imputado, en abril de 2014, Cañas abandonó su escaño en un gesto poco habitual.
"Es un gesto que no se suele poner en valor. Asumir las responsabilidades tiene un coste personal, pero es una obligación. No puedes tener ninguna sombra de sospecha. Pero esta circunstancia la han aprovechado terceros para desacreditarme", explica Cañas en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, ya con la vista puesta en su regreso a la política. Fuera, la vida ha seguido su curso. Y han pasado cosas. Entre otras, que Ciudadanos se ha convertido en la primera fuerza política en Cataluña, y la cuarta en España. Cañas, sin embargo, cree que encontrará un hueco en la nueva etapa. "Espero que, después de todo, la política de devuelva lo que te ha quitado".
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