Mas se atribuye el mérito de que el soberanismo haya crecido
El expresidente de la Generalitat critica, en su acto de despedida como presidente del PDeCAT, el “exceso de ideología”
Artur Mas nunca ha sido un hombre de chistes. Su campo es la ironía. Ayer, en su último discurso como presidente del PDeCAT hizo gala de ello. “Agradezco que mi despedida se haga en el auditorio de una compañía de seguros”, bromeó ante los consejeros nacionales del partido en Barcelona. El heredero de Jordi Pujol se despidió de los suyos sin un balance sesudo de su larga trayectoria política, pero sí quiso vender alguno de los que considera sus logros más grandes: haber sentado las bases del proceso soberanista, por ejemplo.
“Me siento orgulloso de haber ayudado a que mucha gente de este país mental, emocional y políticamente haya pasado de la autonomía a la soberanía”, dijo Mas. Una frase que fue regada con aplausos por los presentes. El martes pasado, cuando formalizó por carta su decisión de abandonar la cúpula honorífica del partido, el tono buscaba la justificación. El expresident ayer intentó hablar más de sí mismo y dejar en el aire alguna crítica, esas que dice que no lanza en público a Carles Puigdemont pero que le calzan a la perfección.
Mas se aventuró a resumir su trayectoria con un manido pero no por ello menos cierto “luces y sombras”. Recordó que ganó todas las elecciones desde 2003 hasta 2015 si bien no pudo siempre gobernar. Se apropió de la victoria consecutiva en las elecciones municipales antes de la extinta Convergència. La clave para este éxito, dijo, es “saber leer la realidad” y aseguró que ese es el camino que ha permitido el éxito de Junts per Catalunya ser la lista independentista más votada pese a todos los augurios. “Los éxitos electorales vienen cuando hay ideología pero no cuando hay un exceso de ideología. Esto no te permite leer la realidad”, explicó.
“Confié que cuando pactabas con el Estado, se entendería y tendría una contraprestación. Me equivoqué. No funciona así”, remachó.
El expresidente también hizo cierto paralelismo entre el momento actual y el de justo después de la retirada de Pujol. “Muchos creían que llegaría la desaparición, pero hubo un renacimiento”, recordó. Mas cree que el camino para el PDeCAT es no disolverse pero si encontrar como desleírse en la lista de Puigdemont. “Independientemente de que tengamos que cambiar de rasante en los próximos años, no nos quitarán la base de que la mitad [de los catalanes] quiere un país libre”, sentenció.
“Lo he dado todo y lo he recibido todo”, dijo Mas, que también guardó minutos para la autocrítica. Dijo que nunca entendió la forma de actuar del Gobierno, “confié en que cuando pactabas con el Estado, se entendería y tendría una contraprestación. Me equivoqué. No funciona así”, remachó sin especificar a qué acuerdo se refería. También lamentó no haber sido apaz de explicar que los duros recortes sociales que aplicó en 2011 con el apoyo parlamentario del PPno fueron algo voluntario sino supuestamente “impuesto”.
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