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La semana gallega de Penderecki

El gran compositor polaco se pone esta semana al frente de las dos principales formaciones de la OSG

Momento de la firma de Penderecki
Momento de la firma de PendereckiA. Lacasa

Krzysztof Penderecki, uno de los compositores más importantes del siglo XX, está en Galicia para dirigir dos conciertos en menos de una semana. El lunes 8 subió al podio del Auditorio de Ferrol para ponerse al frente de la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galiciaen un concierto organizado por la OSG y la Filarmónica Ferrolana y el viernes 12 dirigirá a “los mayores” de la OSG. Los ensayos de la OJSG fueron previamente preparados por los profesores de cada sección de la Orquesta Sinfónica de Galicia y por Maciej Tworek, director asistente de Penderecki, quien también dirigirá el primero de la OSG para el concierto del viernes.

La Orquesta Joven ha celebrado así su primer encuentro de este año con una guía excepcional, algo que difícilmente podrán olvidar los noventa y dos jóvenes músicos –sus edades van de los 15 y a los 24, de los que únicamente dieciocho superan la barrera de los 20-. Solo había que ver la expresión de sus miradas hacia el maestro mientras los dirigía –e incluso más en su ovación, ese pateo tan ajeno a su uso de siempre en España como signo de protesta- al finalizar el concierto para percibir cómo han vivido estos momentos.

El repertorio de este encuentro de la OJSG es en gran medida elección de Penderecki, según comenta Andrés Lacasa, gerente de la OSG. Fue el autor quien decidió el Concierto para violín nº 2, “Metamorphosen” como obra propia del programa y quien quiso que su intérprete fuera la japonesa Sayaka Shōji (Tokio, 1983). Shōji es una figura relevante en el panorama violinístico internacional desde que en 1999 se convirtió en la ganadora más joven del Concurso Internacional de Violín Niccoló Paganini, de Génova.

La petición de Penderecki de una sinfonía de Dvořák para la segunda parte fue resuelta por Alejandro Sanz Redondo, director académico de la OJSG, con la elección de la Séptima, una obra de gran valor artístico y didáctico pero menos habitual que las que la siguen en el catálogo del autor bohemio.

El repertorio elegido para el concierto del viernes con la Sinfónica fue también consensuado, según relata Lacasa. La orquesta quería alguna obra aún no estrenada en España y Penderecki eligió su Concierto nº 2 para violonchelo. Para redondear la situación, había un intérprete español de la calidad de Adolfo Gutiérrez Arenas con la obra en su repertorio. La Sinfonía nº 2, “de Navidad”, que cerrará el concierto del viernes, fue elegida por la OSG entre las obras sugeridas por el autor.

La obra que abrirá programa en el Palacio de la Ópera es Polymorphia, para 48 instrumentos de cuerda. Escrita en 1961, es considerada, junto a Fluorescencja para gran orquesta (1962), el culmen del primer periodo de la obra de Penderecki, el más caracterizado por su experimentación e investigación sobre el hecho sonoro. Estas dos creaciones, que constituyen una cristalización de sus técnicas de producción musical, llegaron a convertirse en un estándar de técnicas compositivas y de notación musical para muchos compositores de la segunda mitad del siglo XX.

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Junto a Fluorescencja, Polymorphia culmina el momento en que todo empezó para Penderecki, cuando tres obras suyas, presentadas con tres seudónimos distintos, coparon los tres primeros premios del “Concurso de Jóvenes Compositores” de 1959, organizado por el Sindicato de Compositores de Polonia. Luego, obras como Trenos por Hiroshima, terminada en 1961, y La Pasión según san Lucas (1966) le convirtieron en el mascarón de proa que abriría paso a la nave de la música por los nuevos mares de la segunda mitad del siglo XX.

Dice Penderecki que sus obras para instrumento solista son las más representativas de su intimidad. En esa línea se encuentra el Concierto para violonchelo nº 2, escrito para Mstislav Rostropovich, quien lo estrenó en Berlín el 11 de enero de 1983. La Sinfonía nº 2, fue escrita para la New York Philharmonic Orchestra y está dedicada a Zubin Mehta, que por entonces era su director titular.

Su sobrenombre le viene de la costumbre de Penderecki a lo largo de su vida de escribir música en Nochebuena. En la de 1979 insertó los primeros compases del villancico Noche de Paz en la obra destinada a Mehta y la NYPO, en una manifestación más de su compromiso vital con un catolicismo “alla polacca” que le ha llevado a escribir decenas de obras religiosas, desde aquellas iniciales Salmo Dawida y Pasión según San Lucas al O Gloriosa Virginum dedicada al maestro José Antonio Abreu. Incluido, naturalmente, el Veni Creator dedicado a la Universidad Autónoma de Madrid con ocasión de su doctorado honoris causa por este centro.

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