Recena con Lady Pepa
La cantante Sofía Ellar es una apasionada de los atardeceres, de un bar viejuno, de un local con piano y de la comida japonesa
1. Microteatro por dinero. Representan obras de teatro que duran entre 15 y 20 minutos en pequeños cuartitos donde caben seis o siete personas. Es como ir a un minicine. Al estar tan cerca, los actores interactúan con el espectador. Es muy divertido y además hay diferentes obras para elegir. (Calle de Loreto y Chicote, 9)
2. El Mirador de Torrelodones. Es un parque donde puedes disfrutar de la puesta de sol. Hay muchos jóvenes que, en lugar de irse a un bar de copas, se llevan su picnic, se suben a las piedras y disfrutan la tarde. Es muy romántico, aunque vayas solo: vivimos deprisa y a veces hay que tener tiempo para uno mismo. (Calle Abeto, 13)
3. Lady Pepa. Es un sitio de Malasaña donde dan recenas. Está siempre abierto: Si vas a las cuatro de la mañana, das unos toquecitos, como en clave, y te abren. Tienen unos espaguetis a la boloñesa riquísimos. Aunque yo no soy de salir, cuando me lío termino aquí. Los precios son bajos, la decoración es bonita y también puedes encontrar gente tocando música. (Calle de San Lorenzo, 5)
4. Tony II. Es un piano bar. Hay dos pianistas que llevan toda la vida interpretando canciones típicas y cualquiera se puede unir cantando. Parece de gente mayor, pero también te encuentras jóvenes. Una vez les pedí si podía cantar una canción de Janis Joplin y me dijeron que no. Hay que ir con gente que sepa disfrutar la música. (Calle del Almirante, 9)
5. Sala de Despiece. Es un local pequeñito donde todo está decorado con cajas de pescado. No se puede reservar. Te preparan el plano y te explican todo lo que hacen. Tiene una dinámica parecida a los restaurantes de lujo, pero comes por 25 euros. El postre con dulce de leche, frutos rojos y quinoa es espectacular. (Calle de Ponzano, 11)
6. Casa de Campo. Es un lugar que transmite paz, naturaleza en pleno Madrid. Suelo caminar durante dos o tres horas hasta el lago con Chispa (su perra) y luego me tomo una cervecita en algunos de sus bares. Hay gente que me escribe por redes sociales para decirme que me ha visto allí. (Paseo Puerta del Ángel, 1)
7. Cuevas de El Molar. Aquí he grabado uno de mis videoclips, Boots and cats. Apañamos un tablao flamenco dentro de las cuevas. Las redescubrieron hace un siglo y luego montaron restaurantes. Vas con una vela de cueva en cueva, que se conectan por pasadizos secretos. El mejor provolone que he comido lo probé aquí, en la cueva de Krusty. (Calle de Santa María de la Cuesta)
8. Crepes & Wafles. Tienen la mejor estrategia de marketing: estás paseando por la calle y de repente hueles a vainilla. No hay otra opción que entrar. Puedes tomar lo que quieras: crepes dulces, salados, zumos naturales o ensaladas. Yo soy de salado y suelo venir porque hay productos ecológicos. (Calle de Fuencarral, 107)
9. Masako Aravaca. Es un restaurante japonés que ha abierto hace unos meses. El sushi se ha puesto de moda y todo el mundo lo hace, pero aquí está buenísimo. Tienen un black cod (bacalao negro) que simula al de NOBU, el famoso restaurante de Nueva York. (Camino de la Zarzuela, 23)
10. El Palentino. Es uno de los bares más antiguo de Malasaña. Álex de la Iglesia grabó aquí su última película. El dueño, un señor muy mayor, sigue haciendo los bocatas de toda la vida. Es un lugar con mucho ruido, con servilletas por el suelo, huesos de aceitunas… El típico bar de siempre que está lleno de autenticidad. (Calle del Pez, 8)
Una voz ‘solidaria’
Sofía Lecubarri Ruigómez (Londres, 1993) decidió unir las iniciales de sus apellidos en inglés para crear su nombre artístico: Sofía Ellar. Compuso su primera canción con 13 años, cuando murió su abuela. Dio a conocer su música en redes sociales y, en febrero del año pasado, salió a la venta su primer álbum, Seis Peniques. Ya trabaja en su segundo disco pero, antes, ha lanzado el single Humanidad en Paro, cuyos beneficios irán destinados íntegramente a Rais Fundación para ayudar a personas sin techo.
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