Un gallego de Vallecas

1. Faborit. Es especial, no solo por mi amistad con el dueño, sino porque como deportista de élite tener un local donde te sirvan zumos naturales y comida sana, sin grasa, es importante. Siempre que puedo me escapo aquí con mi mujer y mis hijas. Es fundamental cuidarse y, además, el ambiente es tranquilo. (Calle de Velázquez, 124)

2. Estadio de Vallecas. Podría decir todo el barrio, pero el campo de fútbol es espectacular. Se lo recomiendo a todo el que no haya ido. Los sentimientos que fluyen allí no los he visto en ningún otro sitio. Se vive una fiesta, se gane o se pierda. Es impactante. (Calle del Payaso Fofó, s/n)

3. Parque de las siete tetas. Siempre que tengo tiempo libre voy allí con mi mujer y mis hijas. Es un parque diferente a los demás. Se puede ver toda la ciudad. Además, puedes llevar a los perros y estar tranquilo en plena naturaleza. Es El Retiro de Vallecas. (Calle de Ramón Pérez de Ayala)

4. Freddo, Freddo. Es una de las heladerías más antiguas de Madrid. Conserva el mobiliario antiguo, la esencia de lo añejo, pero modernizado con los helados de hoy. Sus granizados son los mejores de Madrid. Además, los precios son baratos. Yo soy muy clásico: siempre pido vainilla en los helados y limón para los granizados. (Calle del Padre Damián, 15)

5. Puerta de Alcalá. Un clásico. Recuerdo a mis padres hablar mucho de ella, de cantar la canción. Soy de un pueblo muy pequeño de Lugo y nunca viajaba. La primera vez que vine a Madrid tenía nueve años y se me quedó grabado. Es un sitio especial porque me une a mi infancia. (Plaza de la Independencia, s/n).

6. La Chozita del Loro. Es un teatro, no muy grande, donde hacen muchos monólogos, cada día uno diferente. Tienen un trato directo y es un sitio cercano porque apenas cabe una treintena de personas. Además, puedes tomar una copa o comer mientras disfrutas del espectáculo. No voy habitualmente porque los monólogos suelen ser por la noche. (Gran Vía, 70)

7. Hipódromo de la Zarzuela. Me gustan mucho los caballos y las carreras. En verano hay un ambiente muy bueno, sobre todo para familias y niños. Mi hija mayor siempre me pide que vayamos. Hay lugares donde tomar un refresco, carreras nocturnas y los pequeños también pueden aprender a montar. (Autovía del Noroeste, A-6).

8. Mercado de San Miguel. Me encanta por su diversidad de comidas. Conserva la estructura antigua. Estar tan cerca de la Plaza Mayor y ese ambiente, de todo tipo, habla de lo que es Madrid, de su multiculturalidad. Se mezcla todo. (Plaza de San Miguel, s/n)

9. Taberna Maceiras. Es el sitio que más se parece a lo que hay en mi tierra, Galicia. Es como un mesón típico, con sillas y mesas bajas, de madera. Puedes comer pulpo, pero no sirven refrescos, solo agua y vino. Al final de la comida, preparan queimada. Siempre que vienen mis amigos gallegos los llevo allí para que se sientan como en casa. (Calle de Las Huertas, 66)

10. Restaurante Cruz Blanca de Entrevías. Para mí, aquí tienen el mejor cocido de todo Madrid. Lo comemos de día y de noche, en invierno y en verano. Los jugadores del Rayo Valllecano nos reunimos aquí de vez en cuando. El trato es muy personal. Como en todo el barrio, te tratan como si fueses de la familia. (Calle de Carlos Martín Álvarez, 58)