El pueblo de la J
Brea de Tajo agota los décimos del 66513, un año después de haber ganado 120 millones de euros con el gordo del sorteo de Navidad de 2016
Si Brea de Tajo, un pequeño municipio de 560 vecinos al este de Madrid, fuera un cine o un teatro, tendría puesto desde hace días el cartel de “sin localidades”. Este pueblo ha vendido más décimos para el sorteo de Navidad del próximo 22 de diciembre que en toda su historia. Y ello pese a que no tiene ni administración de lotería. En 2016, la asociación de mujeres de la localidad repartió 300 décimos del 66513, lo que les dejó 120 millones de euros. Centenares de personas han acudido a Brea en busca de la misma suerte que tuvieron hace un año.
La culpable de esa suerte, en el buen sentido, fue la presidenta de la asociación, Antonia Reyes, que acudió a una administración de lotería del distrito madrileño de Arganzuela y compró ese número. “La vida nos ha cambiado, pero solo un poquito, tampoco una cosa exagerada. Yo he hecho obras en la fachada y me he comprado un coche nuevo. No ha habido muchos desmanes”, asegura la repartidora de fortuna.
El pueblo en sí ha cambiado poco. Sólo dos familias se han marchado de Brea en este tiempo. Gran parte de esos 120 millones de euros salieron fuera. Los vecinos compraron muchos décimos, pero o los cambiaron o los regalaron a parientes. “Si les tocó a un mayor, que somos muchos de los que vivimos aquí, parte del dinero se ha marchado. Si le ha caído a alguien más joven, se ha quedado”, añade Reyes.
Donde más se ha notado el gordo ha sido en los coches. Desde el 22 de diciembre, se han comprado precisamente 22 vehículos nuevos. Sus matrículas comienzan con J, de ahí que Brea sea desde entonces el pueblo de la J. “Así se nos conoce en la comarca”, bromea el alcalde de la localidad, Rafael Barcala (PP). Este funcionario del Ayuntamiento de Madrid en excedencia también llevaba un décimo del gordo. “Lo que se ha notado es que hay mayor alegría en el pueblo. La gente es más feliz. Han solucionado el problema de la vivienda, han pagado las hipotecas y han podido darse algunos caprichos, como viajar”, describe Barcala.
Una furgoneta nueva para los mayores
Uno de los mayores de la localidad, Vicente Bena González, decidió compartir parte de su décimos premiado de una manera muy especial. Este vecino pasa los días en el centro de mayores de Brea de Tajo y estaba cansado de que se estropeara la vieja furgoneta (con más de 15 años de antigüedad) que les llevaba a este sitio. A veces tenía una avería y los afectados tenían que regresar a pie a sus domicilios, con los consiguientes problemas a ciertas edades.
Vicente se presentó un día en el Ayuntamiento y habló con el alcalde, Rafael Barcala. Le dijo que quería adquirir una nueva furgoneta. Le había tocado un décimo del 66513, lo que le supuso 320.000 euros. El regidor se quedó sorprendido y accedió de inmediato a la oferta. El municipio cuenta ahora con una flamante Ford Transit adaptada también para personas con movilidad reducida. Costó unos 40.000 euros. En el lateral pone que la donó este vecino. Y por supuesto, también tiene una matrícula que comienza por J.
El Ayuntamiento también ha notado un incremento en sus ingresos. Además del impuesto de circulación de los nuevos coches, ha recibido más dinero procedente del 4% de las obras nuevas y de las reformas en las viviendas. “Hubo situaciones muy emocionantes. Un vecino de 65 años llamó el propio 22 de diciembre al trabajo y dijo que ya no volvía más. Se jubiló por teléfono”, relata Barcala, que también luce un turismo último modelo. Los que no han vuelto han sido los bancos, que cerraron la última sucursal antes del sorteo y dejaron a los vecinos sin este servicio. Aún tienen que desplazarse a localidades cercanas.
Una de las más afortunadas fue Itziar González, casada y con tres hijos. Pese a sufrir una situación económica muy difícil, compró un décimo. Concretamente, el último. Ahora ha adquirido una casa nueva y un coche. Ha pasado de estar casi sin vivienda (su arrendador quería venderla y la iba a echar) a disfrutar de una situación desahogada, según reconoce. “Este año no llevo el número de la asociación. No me preocupa. Soy de las que piensa que esto sólo pasa una vez en la vida”, reconoce la afortunada. De la misma opinión es la presidenta de la asociación de mujeres. “Este sorteo sólo nos va a tocar la pedrea, o sea 100 euros por décimos”, vaticina Reyes.
Pese a que ya tocó el año pasado, el 66513 se ha convertido en el número más codiciado de todo Brea. El lotero de Arganzuela les ha conseguido 130 décimos más que el año pasado (430 en total), pero han sido insuficientes. Bastante gente se ha quedado sin él. Los comercios de la localidad, en especial los bares, han agotado los números que han comprado para sus clientes. “Ha venido gente de Madrid en autobús para comprarnos décimos, aunque no fueran del número ganador en 2016. Hace ya tiempo que se agotó el que compramos nosotros y eso que era el número entero [el 13310]”, reconoce la propietaria de un bar.
El primer domingo de octubre se vivió uno de los momentos más emocionantes, cuando los cuatro niños del colegio de San Ildefonso, (Lorena, Nicole, Nerea y Daniel) dieron el pregón de las fiestas patronales y les nombraron reyes de las fiestas. Los niños se llevaron las bolas de la lotería y cantaron de nuevo el 66513. “La gente no paró de abrazarles y de agradecerles que repartieran tanta felicidad en el pueblo. También invitamos a las familias, gracias a la gestión que hicieron los dos directores del centro. Fue maravilloso”, recuerda el alcalde.
El 66513 se ha convertido en parte de la historia de Brea de Tajo, al igual que la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (1763) o el Museo Oleico. Para recordarlo, el Ayuntamiento ha instalado un monumento en plena calle Mayor, con una inscripción que recuerda que los 300 décimos los compró la asociación de mujeres y da “la enhorabuena a todos los agraciados”.
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