Vigo levanta la alerta por sequía pero exige que se cumpla el plazo del trasvase

El Ayuntamiento de Vigo ha levantado la alerta por seguía que arrastraba desde finales de octubre la ciudad más poblada de Galicia y otros 11 municipios de su área metropolitana debido a la escasez de lluvias a lo largo de 2017. El temporal, con precipitaciones del hasta 163 litros metro cuadrado en el sur de Pontevedra, donde se encuentra el embalse de Eiras, logró remontar sus niveles de agua que se encontraban en mínimos históricos, y pasó de tener menos de un 40 por ciento a superar el 71 de su capacidad, casi el doble de la registrada en el boletín hidrográfico de la semana pasada.

También la Xunta ha informado que la calidad del agua ha mejorado con una bajada drástica de los niveles de hierro que ya se encuentran por debajo del límite permitido. En base a los valores recogidos, la Xunta apunta que el agua “sigue siendo de mala calidad”, aunque confirman que es apta para el consumo y que no hay ningún tipo de alerta sanitaria.

Aún así, el alcalde Abel Caballero ha insistido durante el pleno municipal de este miércoles en la importancia de acometer el trasvase del río Verdugo, un proyecto consensuado entre Augas de Galicia y los ayuntamientos que dependen del suministro de Eiras. Una obra que costará 5,5 millones de euros de los que la Xunta aportará un 20 por ciento del presupuesto.

Sin hacer alusiones a la férrea oposición sobre el trasvase del río Verdugo que mantiene el alcalde de Ponte Caldelas, que ha amenazado incluso con llevar a la Xunta a los tribunales, Caballero insistió en la importancia de acometer las obras en los próximos seis meses, según el plazo previsto. “El cambio climático está aquí y será imprescindible en el futuro”, advirtió el regidor.

En este contexto, Abel Caballero volvió a reclamar al Gobierno autonómico la construcción de la planta potabilizadora ya prevista en el Plan de Augas de Galicia 2013 y que se llegó a presupuestar en 13 millones de euros. El alcalde recordó que la ciudad lleva esperando cuatro años por esta infraestructura cuya ubicación ya estaba proyectada en el barrio de Cabral, y criticó que ni siquiera haya comenzado. “Si el Área Metropolitana estuviera funcionando, Vigo asumiría la competencia del agua, pero mientras tanto será de la Xunta”, apuntó.

El asunto que provocó un encontronazo entre el socialista y la portavoz de la oposición, la popular Elena Muñoz, que defendió que el responsable de estas obras es el Ayuntamiento de Vigo y criticó a Caballero por el abandono de la planta potabilizadora de O Casal y la red de abastecimiento en base a un informe elaborado por Aqualia que ya alertaba de estas deficiencias en 2010.

Según Muñoz, la concesionaria ha insistido recientemente, siete años después, que Vigo precisa de una inversión de 21 millones de euros para la potabilizadora de Casal. “Las advertencias son demoledoras y harían sonrojar a cualquiera con un mínimo de vergüenza”, arremetió la portavoz.

El documento de Aqualia de este año al que se refirió Muñoz, señala que en 2016, la red de abastecimiento se sustituyó a un ritmo del 0,1%, frente al 2% necesario. La concejal aseguró que, según los técnicos, las tuberías para la acometida del agua que beben los vigueses tienen óxido, mientras pidió al alcalde cuentas sobre el destino de los 450 millones de euros que ingresó la concesionaria al Ayuntamiento desde que gobiernan los socialistas.