“En casa, por la noche hace tanto frío que duele”

Irene, nombre ficticio, abre una carpeta donde amontona sus facturas de la luz a la espera de que la Comunidad de Madrid le notifique si finalmente le renovará la ayuda que concede para pagarlas. Hasta el momento, el Gobierno regional le ha abonado cinco facturas (noviembre y diciembre de 2015 y enero, febrero y marzo de 2016) y aún tiene pendientes de pago las del resto del año pasado y todo 2017. Arropada con una fina manta blanca explica que tiene un 51% de discapacidad y que con los 400 euros que recibe entre el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) y de algunas terapias naturales que realiza tiene que hacer frente a una hipoteca de 300 euros y demás gastos para sobrevivir. La media de su gasto mensual de luz es de 30 euros y acumula una deuda desde enero de 2016. El 23,48% de los hogares de Madrid sufre pobreza energética, según el Estudio técnico sobre pobreza energética en la ciudad de Madrid publicado por el Ayuntamiento de la capital a principios de año.

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Irene dice que el simple hecho de presentar la documentación para pedir la prestación es "una carrera de obstáculos". Relata que tuvo que certificar a través de su agente social su estado de "vulnerable" para que la eléctrica no le cortase la luz, ya que, a pesar de que la Comunidad le notificó que le habían dado la ayuda, la compañía seguía enviándole cartas reclamándole los pagos. "Fui cinco veces para saber si me habían aceptado la solicitud. Un funcionario me escribió en un post it las fechas de las facturas aprobadas, pero cuando llamo a Gas Natural me decían que a ellos la Comunidad no les ha notificado nada". Una portavoz de la Comunidad afirma que, según las cláusulas de la petición, "si transcurrido el plazo no se dictaba una resolución expresa sobre una solicitud, se entenderían desestimadas". El Gobierno regional destinó el año pasado 2 millones de euros para ayudas para pagar la luz y gas de 2.214 familias (hasta un máximo de 720 euros y seis facturas) de un total de 3.258 solicitudes.

"Cuando hablas dentro de casa, notas el vaho como si estuvieras fumando", comenta entre risas. Para no gastar electricidad, no usa la calefacción. Por la noche usa un gorro de lana con orejeras de colores mientras duerme. "Hace tanto frío que duele, siento como si me hubiesen golpeado con una pelota en la frente", comenta. Su casa, de protección oficial, se la compró a la Comunidad cuando tenía trabajo. Las paredes son delgadas y asegura que por los rodapiés que están cercanos a la calle se cuela el aire. "Hay días que esto suena como una película del Oeste". El 77% de las viviendas en el municipio de Madrid tienen una antigüedad superior a 25 años y no cuentan con sistemas de calefacción o no están adecuadamente para evitar el frío, según el estudio sobre pobreza del Ayuntamiento. El gobierno municipal ha destinado casi 50 millones de euros en ayudas para reformas relacionadas con la accesibilidad, la eficiencia energética y la conservación de los edificios a través del Plan MAD-RE. En 2016 el Consistorio concedió 16.639 ayudas temporales de especial necesidad y ayudas de emergencia, lo que supuso para las arcas municipales un coste de más de siete millones de euros.

Irene vive con la incertidumbre de si al final le darán la ayuda para el resto de facturas de 2016 y las de este año, que también solicitó el mes pasado. Además, no sabe si el SEPE le renovará en diciembre la ayuda de 320 euros que recibe y cuenta que en junio le retiraron el bono social sin avisarle. Acude a los bancos de alimentos para poder comer, pero como es celiaca y estas organizaciones no suelen repartir alimentos sin gluten, solo consume arroz, legumbres, verduras y algo de fruta. Cuando abre su armario solo hay un par de botes de conservas, media docena de latas de atún y algunos paquetes de lentejas. "Cuezo las patatas y luego las paso por la sartén para no gastar aceite", cuenta mientras cierra su nevera semi vacía. En Madrid, 800.000 personas son "pobres" y unas 300.000 son "pobres severos", según datos del informe anual AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion).

Sufre artrosis, migrañas, tiene discapacidad auditiva y hepatitis C, pero dice que no tiene dinero para pagarse todos los tratamientos y el frío no ayuda. Cuando le duele la cabeza aguanta el dolor y si se vuelve insoportable parte una pastilla para migrañas por la mitad para ahorrar. El tratamiento para la hepatitis C cuesta más de 100 euros y no sabe cuando podrá tener dinero para costearlo. El año pasado, las temperaturas mínimas en Madrid llegaron a sobrepasar los tres grados bajo cero. Entre 2001 y 2009, murieron en España 1.473 personas por el frío, 57 en Madrid, según un estudio del Instituto de Salud Carlos III. Abrigada con un anorak dentro de casa, Irene toma un té de frutas y espera, no sabe muy bien cómo, a que pase el frío del invierno.