El presupuesto de Cultura cae un 30% en diez años

La cultura es cada vez menos prioritaria en el gasto público en Cataluña. Sea por la crisis económica que ya se perfiló en la década anterior o por los avatares de la coyuntura política, los presupuestos de la Generalitat han caído un 30% de 2006 a 2016. En euros por habitante son 116 cuando el mínimo deseable —y equiparable con países del entorno europeo— sería de 216. Cifras que evidencian la delicada salud de los sectores culturales en general y que son desgranados en el informe anual del Conca. Un análisis que se ha presentado hoy en una coyuntura más crítica todavía; con el ex consejero Lluis Puig en Bélgica y en medio de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

“Nos encontramos en un contexto excepcional, con parte del gobierno preso y otra en el exilio. Con una intervención y bloqueo de cuentas por parte del Gobierno central que está provocando problemas y anulaciones de algunas actividades en museos y un freno del gasto público en el ámbito cultural que debilita más un sector que ya es frágil”, subrayaba Carles Duarte, presidente del Conca, en el acto de presentación del informe que, por primera vez, no se hizo en el Parlament —disuelto por la convocatoria electoral— sino en el Ateneu barcelonés. Sí ha asistido la presidenta de la cámara catalana, Carme Forcadell, que recibió un aplauso del público congregado en la sala de actos del Ateneu, y los integrantes de todos los partidos de la comisión de cultura.

Entre el público, muchos gestores culturales, directores de museos, de teatros y de auditorios y salas de concierto con caras más bien circunspectas ante algunos de los datos del sector del año pasado y pensando —con más preocupación— en cómo será esa misma radiografía cuando se evalúe 2017 con el impacto de la crisis política del procés y la aplicación del 155, además de los atentados de agosto pasado. “Sea cuál sea la fórmula política resultante del 21-D, no hay construcción posible de un país sino se hace desde la cultura”, ha reclamado Duarte. A tenor de los datos del informe, esa máxima no se está aplicando. Por ejemplo, en seis años el peso del sector cultural en la economía catalana ha perdido 1.650 millones, cifra que supone una caída del 30%.

En 2010, las administraciones catalanas invirtieron 172 euros por habitante, cifra que en 2016 no fue más allá de lo 116 euros. El año pasado se destinó el 0,7 del presupuesto de la Generalitat a Cultura cuando en 2010 fue el 1,3%. Y lo que el Conca exige en su análisis es un esfuerzo de más del doble, un mínimo del 2%. “Se trata de una apuesta estratégica de país, no hablamos de un sector cualquiera sino de una creatividad capacitada para ser un motor de la economía, como lo es la ciencia”, ha afirmado Gemma Sendra, vicepresidenta del Conca.

En números absolutos, serían unos 300 millones más en los presupuestos de la Generalitat que, a diferencia de la administración local y comarcal, detrae gasto público para la cultura de manera sostenida desde 2010. Según los datos del informe, las diputaciones han duplicado su esfuerzo, del 6,9% al 12% y los ayuntamientos han pasado del 5,8% al 6,9%. “Uno de los problemas que hemos visto en el diseño de las políticas culturales desde que hacemos los informes —éste es el quinto— es que cada administración quiere poner su impronta cuando llega y eso provoca que las políticas se hagan a corto plazo, algo que no beneficia a una estrategia conjunta”, en opinión de Sendra. Cuando no a cierto desbarajuste en la definición de los contenidos y objetivos de algunos de los equipamientos, como el Arts Santa Mònica, que fue puesto como ejemplo por Duarte.

Además del decrecimiento del esfuerzo público, el inicio de recuperación del consumo privado en el ocio de los años 2014, con 5.468 millones de euros, y 2015, con 5.624, se vio frenado el año pasado que experimentó una caída del 6,2% , en números absolutos 5.273 millones de euros.”La fragilidad de lo que se interpretó como los primeros brotes verdes tras la crisis ha quedado patente”, argumentaba Duarte, “probablemente porque la gente no ha dejado de consumir cultura, sino que lo hace abaratando los costes. Algo que se ve en las artes escénicas con un mayor impacto de montajes y espacios más pequeños, que cuestan menos”. El informe llama la atención sobre la urgencia de modificar el marco regulador del mecenazgo para tener más ingresos. En Francia, las desgravaciones por patrocinio llegan al 60% y en España no pasan del 30%.